El Papa hizo un llamado al desarme global, recordando que la verdadera paz comienza en el corazón y se construye con gestos de perdón y reconciliación.
En el marco del Jubileo de la Espiritualidad Mariana, celebrado con el rezo del Santo Rosario por la Paz del Mundo en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV hizo un llamado contundente al mundo y profundamente evangélico: “Tengan la audacia del desarme.”
Durante su reflexión, el Pontífice exhortó a los fieles y a los líderes del mundo a construir la paz desde el corazón, recordando que “la paz es desarmada y desarmante; no es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo”.
“No nos cansamos de interceder por la paz —don de Dios— que debe convertirse también en nuestra conquista y en nuestro compromiso”, expresó el Papa León XIV, ante miles de fieles reunidos en oración junto a la imagen original de la Virgen de Fátima, traída desde Portugal para esta celebración.
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El Santo Padre recordó que este Jubileo, dedicado a la Espiritualidad Mariana, invita a mirar a la Virgen María como guía del camino de fe y esperanza de los creyentes.
“Nuestra mirada de creyentes busca en la Virgen María la guía de nuestra peregrinación en la esperanza”, afirmó. “Como ella, la primera creyente, queremos ser seno que acoge al Altísimo y humilde tienda del Verbo, movida solo por el viento del Espíritu.”
El rezo del Rosario se desarrolló en distintos idiomas —italiano, inglés, español, francés y portugués— mientras el Papa alentaba a los fieles a “hacer todo lo que Él les diga”, las palabras que María dirigió a los sirvientes en las bodas de Caná y que el Pontífice calificó como “casi un testamento de una madre.”
El Papa León XIV advirtió que la verdadera paz no puede nacer del poder ni de la imposición, sino del perdón y la justicia:
“No llega como fruto de la victoria sobre el enemigo, sino como resultado de sembrar justicia y perdón.”
También señaló que el llamado al desarme no se limita a los poderosos del mundo, sino que toca la conciencia de cada creyente optar por el desarme:
“Esta palabra se dirige también a cada uno de nosotros, para hacernos conscientes de que no podemos matar; que ninguna idea, fe o política puede justificar la muerte.
Lo primero que debemos hacer es desarmar el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no podremos dar paz.”
León XIV invitó a los fieles a aprender de la humildad de Cristo, quien “no tiene tronos, sino una toalla, y se arrodilla para lavar los pies de sus amigos”.
“Aprendamos a mirar el mundo desde abajo, con los ojos de quien sufre; a interpretar la historia desde la mirada del pobre, del huérfano, del exiliado, del fugitivo. Solo mirando desde ahí nacerá un tiempo nuevo, un Reino de justicia y de amor.”
Durante el rezo del Santo Rosario, los fieles elevaron plegarias por la paz, el perdón y la reconciliación entre los pueblos, culminando con la Exposición del Santísimo Sacramento.
La bendición eucarística alcanzó también a quienes siguieron la transmisión en línea desde distintos países del mundo.
Con la serenidad de la noche y bajo la mirada de la Virgen de Fátima, el Papa León XIV pidió a los fieles no desistir en el compromiso por la paz:
“Ánimo y adelante en el camino: la paz es un sendero, y Dios camina con ustedes.”
De esta forma, el Pontífice concluyó la Vigilia del Jubileo de la Espiritualidad Mariana, dejando al mundo un mensaje claro y urgente: la paz comienza cuando el corazón humano se desarma.
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