El Papa Francisco destacó que las virtudes de las monjas y monjes que viven en los monasterios es ayudar en el anuncio del Evangelio, a través de la oración y del trabajo cotidiano porque toman lo que sucede en el mundo para rezar e interceder por él, además de que se constituyen en el corazón palpitante del anuncio de Dios.
Durante una audiencia general, en la que se refirió al “celo apostólico del creyente”, el Obispo de Roma se planteó dos preguntas que le permitieron destacar las virtudes de las monjas y monjes que llevan una vida de oración y contemplación en los monasterios.
“¿Cómo puede la gente que vive en un monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que usaran sus energías en la misión?”, se cuestionó el Santo Padre, para responderse de inmediato:
“Con su oración ayudan al anuncio del Evangelio y, renunciando a sí mismos y al mundo, imitan a Jesús para ir por el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia para interceder a favor de todos”, subrayó el Papa Francisco.
Durante su catequesis desde la Plaza de San Pedro, Su Santidad hizo énfasis en el ejemplo de oración y trabajo cotidiano de las comunidades monacales y los calificó como la verdadera fuerza que lleva adelante al pueblo de Dios, por lo que pidió que “el Señor nos dé nuevos monasterios”.
A continuación te señalamos las virtudes que el Papa Francisco ven en las monjas y monjes.
“Los contemplativos, los monjes, las monjas, son gente que reza, trabaja, reza en silencio, por toda la Iglesia. Y esto es el amor: es el amor que se expresa rezando por la Iglesia, trabajando por la Iglesia, en los monasterios. El amor por todos anima la vida de los monjes y se expresa en su oración de intercesión”.
“Los monjes y monjas, hermanas y hermanos, que renuncian a sí mismos y al mundo para imitar a Jesús e interceder a favor de todos, no son solo una parte destacable en la evangelización, sino que de hecho constituyen su verdadera fuerza”.
“Las monjas y monjes son el corazón palpitante del anuncio, su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, su oración es la fuerza invisible que sostiene la misión”.
“El corazón de los monjes y las monjas es un corazón que capta como una antena; capta qué sucede en el mundo y reza e intercede por esto. Y así viven en unión con el Señor y con todos”.
“Para las monjas y monjes, vivir encerrados y evangelizar no es una contradicción, como hizo Jesús, toman sobre ellos los problemas del mundo, las dificultades, enfermedades, tantas cosas, y rezan por los demás”.
“Con la palabra, el ejemplo, la intercesión y el trabajo, los monjes son un puente de intercesión por todas las personas y por los pecados. Ellos lloran también por sus pecados, por los pecados del mundo, y rezan e interceden con las manos y el corazón hacia lo alto”.
Con información de Vatican News
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