En su mensaje previo al Ángelus, el Papa Francisco habló sobre el significado de la Navidad contra la costumbre de hacer compras en exceso. “El consumismo, hermanos y hermanas, nos ha secuestrado la Navidad”, afirmó ante los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
“No hay consumismo en el pesebre de Belén: allí está la realidad, la pobreza, el amor. Preparemos el corazón como hizo María: libre del mal, acogedor, dispuesto a acoger a Dios”.
El Santo Padre aseguró que la pandemia es un tiempo difícil, en el que en lugar de quejarnos deberíamos hacer algo por quien menos tiene, “no el enésimo regalo para nosotros y nuestros amigos, sino para una persona necesitada en la que nadie piensa”.
Y sobre todo alejarnos del consumismo: “‘Tengo que comprar los regalos, tengo que hacer esto y lo otro…’ Ese frenesí por hacer tantas cosas… lo importante es Jesús”.
En la lectura del Evangelio de este domingo leemos sobre la Anunciación, el momento en que el ángel anuncia a María que concebirá un niño y le pondrá por nombre Jesús.
“Ciertamente el mensaje divino habrá colmado el corazón de María de luz y fuerza; sin embargo, se encontró ante una decisión crucial: decir “sí” a Dios, arriesgándolo todo, incluso su vida, o declinar la invitación y seguir con su camino ordinario”.
María respondió: Hágase en mí según tu palabra (Lc 1,38).
Ella no expresó una aceptación débil, ni sometida, recalcó el Papa Francisco, no pidió más tiempo para pensarlo, ni puso condiciones. En cambio, muchas personas suelen aplazar su vida espiritual y la aceptación de Dios, explicó el Papa Francisco.
“Hoy, a las puertas de la Navidad, María nos invita a no aplazar, a decir ‘sí’. ‘¿Tengo que rezar?’, ‘Sí, y rezo’. ‘¿Tengo que ayudar a los demás?’. ‘Sí’. ¿Cómo hacerlo? Lo hago. Sin aplazar. Cada ‘sí’ cuesta . Cada ‘sí’ cuesta pero siempre es menos de lo que le costó a ella ese ‘sí’ valiente”.
Posterior al rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó a los fieles cómo los nacimientos pueden ser una escuela de fe.
“Este año los organizadores han tenido la buena idea de montar la exposición “Cien belenes” bajo la columnata. Son muchos los belenes que sirven como catequesis de la fe al pueblo de Dios”, dijo.
En la cercanía ya de la Navidad, es momento de renovación interior, de oración y conversión. “Miremos a nuestro alrededor, miremos sobre todo a los indigentes: el hermano que sufre, dondequiera que esté, nos pertenece. Es Jesús en el pesebre: el que sufre es Jesús”. En ese ‘pesebre viviente’, explicó, es donde realmente encontraremos al Redentor.
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