El Papa Francisco ofreció una extensa entrevista a la periodista mexicana Valentina Alazraki, de Televisa, en la que habló de México y de su problemática, como la relación con Estados Unidos, la migración centroamericana, la mujer y los jóvenes, entre muchos otros temas.
En Desde la fe te preparamos cinco de los puntos más relevantes de esta conversación:
“Por el momento tengo que ir a otros lados donde no he ido. Pero me gustaría volver a México, es inolvidable, México”.
“Yo no sé qué sucede cuando entra esta nueva cultura de defender territorios haciendo muro ¿no? Ya conocimos uno, el de Berlín, que bastantes dolores de cabeza nos trajo y bastante sufrimiento”.
“Es cruel. Se cae en la crueldad más grande. ¿Para defender qué? El territorio, o la economía del país o vaya a saber qué. Pero son esquemas de pensamiento que se vuelcan al quehacer político, y hacen una política de ese tipo. Es muy triste”.
“A mí me suena mal. A mí me suena mal, es como si yo para ayudar a la evangelización de un país, pactara con el diablo. O sea, hay pactos que no se pueden hacer. El pacto político debe hacerse por el bien del país”.
“El acuerdo entre los diversos partidos políticos, entre los diversos sectores de la sociedad, la Iglesia también (…) Es lo que hace falta: convocatoria de acuerdos para resolver los graves problemas de un país.
“No es muy distinta de la juventud mundial. Tiene sus inquietudes, tiene su deseo de ir adelante, tiene sus condicionamientos, sus más y sus menos, pero en general, la juventud, sino entra en una ideología, es la misma en todo el mundo.
“Ahora, ideologizada es otra cosa ¿no? La juventud es… corre el riesgo de –si ya no lo hizo- de perder las raíces.
Yo siempre aconsejo a los jóvenes que hablen con los viejos, y a los viejos que hablen con los jóvenes, porque un árbol no puede crecer si le cortamos las raíces. Tampoco puede crecer si se quedan las raíces, esto refiriéndome a un conservadurismo. Ir a las raíces, dialogar con las raíces, recibir de las raíces la cultura”.
En los primeros minutos de la entrevista, Valentina Alazraki regaló al Papa Francisco una camisa que perteneció a Rocío, una mexicana víctima de la violencia, que fue asesinada frente a su hijo. El Papa terminó la entrevista con las siguientes palabras:
“Esta mujer no pudo ver a sus hijos, no los pudo ver crecer y tenemos acá su camisa. Yo quisiera decirle a los que nos están viendo que más que una camisa es una bandera, una bandera del sufrimiento de tantas mujeres que dan vida y dan la vida y que pasan anónimamente. De Rocío sabemos el nombre, de tantas otras no”.
“Pasan sin dejar el nombre, pero dejan la semilla. La sangre de Rocío y de tantas mujeres asesinadas, usadas, vendidas, explotadas, yo creo que tiene que ser semilla de una toma de conciencia de todo esto. Yo quisiera pedirle a los que nos están viendo que en algún momento hagan un ratito de silencio en su corazón y piensen en Rocío, le pongan cara a Rocío, piensen en tantas mujeres como ella”.
“Y si rezan, recen; si desean, deseen, y que ojalá el Señor les de la gracia de llorar. Llorar sobre toda esta injusticia, sobre todo este mundo salvaje y cruel, donde la cultura parece que es sólo cuestión de enciclopedia. O sea, quisiera terminar con este recuerdo y la palabra: Rocío”.
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