“¿Cuál es el signo de que tú, cristiana, cristiano, eres un evangelizador? La alegría. Incluso en el martirio”, aseguró el Papa Francisco.
En la Audiencia General de este miércoles, el Papa continuó con el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, centrando su reflexión en el pasaje “Se puso a anunciarle la Buena Nueva de Jesús” (Hechos 8:35).
El hilo conductor de esta catequesis fue la narración que sigue los eventos tras el martirio de Esteban, cuando la “carrera” de la Palabra de Dios parecía haberse detenido, debido a la violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén”.
El Papa centró su catequesis en el diálogo entre el diácono Felipe y un etíope eunuco, llevándonos a la conclusión “no basta con leer la Escritura”, sino que “es necesario comprender su significado”. Y esto porque “entrar en la Palabra de Dios”, es “estar dispuestos a ir más allá de los propios límites para encontrar a Dios y conformarse a Cristo, que es la Palabra viva del Padre”.
“El diálogo entre Felipe y ese hombre, que reconoció no entender la Palabra de Dios, nos dice que no es suficiente leer la Escritura, ya que la clave para entenderla se encuentra en Jesús, Palabra encarnada del Padre, que con su misterio pascual le da pleno sentido. El encuentro con Felipe impulsó al etíope a pedirle el Bautismo; al recibirlo lo convirtió en un hombre nuevo y lo marcó con “el sello” de la alegría del Espíritu Santo, fuente de esperanza para su camino”, dijo el Pontífice.
De acuerdo con el Santo Padre, el Espíritu Santo, protagonista de la Evangelización, es quien empujó a Felipe a ir al desierto para encontrar a este hombre. Y fue también el Espíritu Santo, quien tras haber hecho encontrar al etíope con el Resucitado “lo toma y lo envía a hacer otra cosa”
“El protagonista de la evangelización pues, es el Espíritu Santo y ¿cuál es el signo de que tú, cristiana, cristiano, eres un evangelizador? La alegría. También en el martirio. Y Felipe lleno de alegría fue a otra parte a predicar el Evangelio”.
Y ¿por qué la alegría en el martirio? El Papa Francisco había dado una pista en el inicio de la catequesis: en el libro de los Hechos, la persecución aparece como el estado de vida permanente de los discípulos, de acuerdo con lo que Jesús dijo: Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes.
Sin embargo, el Pontífice señaló que “la persecución, en lugar de apagar el fuego de la evangelización, lo alimenta aún más“. Por eso en su saludo a los fieles de lengua española, haciendo presente la memoria litúrgica de los ángeles custodios, invitó a pedir al Señor que conceda, por su intercesión, “el don de su Espíritu Santo, para que haga de todos nosotros los bautizados anunciadores valientes del Evangelio, dando cabida en nuestra vida a la acción de Dios, que nos hace criaturas nuevas y libres”.
Con información de Zenit y Vatican Media
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