En su más reciente libro Nuestra Madre Tierra, que ha sido publicado este 24 de octubre, el Papa Francisco explica la visión cristiana de la ecología.
En el primer capítulo, “Visión integral”, se han seleccionado algunos textos, especialmente extractos de la Laudato si’, que destacan la necesidad de proteger nuestra casa común mediante la unión de “toda la familia humana en la búsqueda del desarrollo sostenible e integral”.
Leer: Resumen de Laudato si’, la encíclica del Papa Francisco sobre ecología
Esta premisa se desarrolla en el capítulo “De un desafío de época a una oportunidad global” a través del análisis de algunos pasajes de la Encíclica del Papa Francisco sobre el estado actual de la crisis ambiental, donde la contaminación, el calentamiento global, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad son el efecto de una explotación incontrolada destinada a crecer exponencialmente si a corto plazo no hay un cambio de dirección.
Necesitamos una conversión ambiental – observa el Papa – que sea posible a través de la promoción de una verdadera educación ecológica que cree, especialmente en los jóvenes, una toma de conciencia y, por lo tanto, una conciencia renovada.
De acuerdo con el Papa, el cuidado de la Creación significa salvaguardar el inmenso don que Dios ha dado a todo ser vivo, pero sobre todo al hombre, el único que ha recibido el aliento de Dios “soplado en su rostro”. El Papa Francisco enfatiza, a través de las palabras del Génesis, cómo la custodia de la creación y la custodia de la vida humana están íntimamente conectadas e indisociables.
Las palabras del Pontífice son continuas llamadas al derecho a la vida, un derecho que pasa por palabras clave como responsabilidad, justicia, equidad, solidaridad. Además, por estas razones fundamentales, exige el libre acceso a los bienes de la tierra necesarios para la supervivencia, en primer lugar el agua, sin discriminación alguna entre los pueblos.
En el artículo inédito que cierra el libro Nuestra Madre Tierra, el Papa Francisco levanta la mirada para ofrecernos a todos una visión cada vez más amplia de un discurso que no es sólo una preocupación por la protección del medio ambiente. Aunque comparte muchos aspectos, no es comparable a una visión secular de la ecología. De hecho, desarrolla la llamada teología de la ecología en un discurso profundamente espiritual.
“La creación es el fruto del amor de Dios. El amor de Dios por cada una de sus criaturas y especialmente por el hombre a quien dio el don de la creación, el lugar donde “estamos invitados a descubrir una presencia”, escribe el Papa.
Con información de Vatican News
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