Concluye el Sínodo: el Papa advierte sobre idolatrías y deseos de controlar a Dios

Este domingo 29 de octubre, un día después de que se hicieran públicas las conclusiones del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco dio por clausurada la Asamblea General Ordinaria con una Misa solemne, en la que advirtió a los participantes de las actitudes idólatras y del riesgo constante de caer en la idolatría. Para hablar del tema, el Santo Padre abordó dos verbos importantes: adorar y servir.

Adorar

Sobre el verbo “adorar”, señaló que se trata de la primera respuesta que podemos ofrecer al amor gratuito, al amor sorprendente de Dios. Explicó que el asombro de la adoración “es esencial en la Iglesia” y que “adorar” significa “reconocer en la fe que sólo Dios es el Señor y que de la ternura de su amor dependen nuestras vidas, el camino de la Iglesia y los destinos de la historia”.

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El Papa Francisco señaló que en la Escritura con frecuencia el amor a Dios lucha contra la idolatría. “Quien adora a Dios rechaza a los ídolos porque Dios libera, mientras que los ídolos esclavizan, nos engañan y nunca realizan aquello que prometen, porque son “obra de las manos de los hombres”

Advirtió que las idolatrías a menudo proceden de la vanagloria personal, como el ansia de éxito, la autoafirmación a toda costa, la avidez de dinero, la seducción del ‘carrerismo’. O bien, hay idolatrías disfrazadas de espiritualidad: mis ideas religiosas, mis habilidades pastorales; “estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios”.

El Santo Padre señaló que incluso podemos caer en la tentación de decepcionarnos de Dios: “Yo me esperaba esto, me imaginaba que Dios se comportaría así, pero me he equivocado”. Esto -dijo- es otra manera de recorrer el sendero de la idolatría, pretendiendo que el Señor actúe según la imagen que nos hemos hecho de Él, es querer controlarlo encerrando su amor en nuestros esquemas, siendo que su obrar es siempre impredecible, y por eso requiere asombro y adoración.

Servir

En cuanto al segundo verbo, ‘servir’, señaló a los participantes del Sínodo que, aunque tengan muchas ideas hermosas para reformar la Iglesia, la mayor e incesante reforma es: “adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor”. Por tal razón, el Santo Padre les ha pedido ser una Iglesia adoradora y de servicio: “que lava los pies a la humanidad herida, que acompaña el camino de los frágiles, los débiles y los descartados, que sale con ternura al encuentro de los más pobres”.

Finalmente, el Papa Francisco dirigió a los presentes un pensamiento relacionado con los que más sufren actualmente: las víctimas de las atrocidades de la guerra, los migrantes, los que se encuentran solos y sufren un dolor escondido, los que padecen condiciones de pobreza, los que están aplastados por el peso de la vida y los que no tienen más lágrimas ni voz:

“Cuántas veces, detrás de hermosas palabras y persuasivas promesas, se fomentan formas de explotación o no se hace nada para impedirlas. Es un pecado grave explotar a los más débiles, un pecado grave que corroe la fraternidad y devasta la sociedad. Nosotros, discípulos de Jesús, queremos llevar al mundo otro fermento, el del Evangelio. Dios en el centro y junto a Él aquellos que Él prefiere, los pobres y los débiles.”

Participantes en el Sínodo

Tema: ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’.

Periodo: Inició el 4 de octubre y concluyó el 29 del mismo mes

Total de participantes: 464

Participantes con derecho a voto: 365, de los cuales 75 % fueron obispos.

Mujeres participantes: 54

Con información de Vatican News