“¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”, esta es la pregunta que un joven rico hace a Jesús, según nos narran los Evangelios, y es una pregunta que sigue vigente aún en nuestra época.
De acuerdo con el sitio oficial de noticias del vaticano, Vatican News, durante un mensaje enviado a los jóvenes reunidos en Medjugorje, con motivo del Festival de la Juventud, y aprovechando el lema del encuentro “¡Ven! Sígueme- la respuesta que el Señor dio a aquel joven-, el Papa Francisco recordó las 3 etapas que no da Jesús para alcanzar el Cielo:
El Pontífice invita a los jóvenes, en primer lugar, a “observar los mandamientos” si quieren entrar en la vida. Jesús, explica el Papa, devuelve al joven a la vida terrenal y le muestra el camino para heredar la vida eterna, es decir, el amor concreto al prójimo, pero el joven responde que siempre lo ha hecho y que se ha dado cuenta de que no basta con seguir los preceptos para ser feliz. Entonces Jesús – continúa Francisco – le dirigió una mirada llena de amor”.
“Jesús también comprende cuál es la debilidad de su interlocutor: está demasiado apegado a los muchos bienes materiales que posee” dice el Papa, por eso, el Señor le propone un segundo paso a dar, “el de pasar de la lógica del “mérito” a la del don: “Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo””.
El Papa explica que se trata de una llamada “a una mayor madurez, a pasar de los preceptos observados para obtener recompensas al amor libre y total”. “Lo que Jesús propone no es tanto un hombre despojado de todo como un hombre libre y rico en relaciones”. De hecho, dice, “si el corazón está atestado de posesiones, el Señor y el prójimo se convierten en una cosa entre otras”, pues el tener demasiado y el querer demasiado – insiste el Papa – “asfixia nuestro corazón y nos hace infelices e incapaces de amar”.
El tercer paso que el Papa propone a los jóvenes es “seguir a Cristo”: “no es una pérdida – dice el Papa – sino una ganancia incalculable, mientras que la renuncia se refiere al obstáculo que impide el camino”.
Ese joven rico, sin embargo, tiene su corazón dividido entre dos amos: Dios y el dinero. El miedo a arriesgarse y a perder sus posesiones le hizo volver a casa triste: “Hoy, Jesús también os dice a cada uno de vosotros al igual que al joven rico: “¡Venid! Sígueme”.
“Tengan el valor de vivir vuestra juventud confiando en el Señor y poniéndoos en camino con él, dejarse conquistar por su mirada de amor que nos libera de la seducción de los ídolos, de las falsas riquezas que prometen la vida, pero traen la muerte y a no tener miedo de acoger la Palabra de Cristo y aceptar su llamada”, agregó el Papa Francisco.
Con información de Vatican News.
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