La voz del Papa

10 reflexiones del Papa Francisco sobre el Espíritu Santo

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco se ha referido en diversas ocasiones al Espíritu Santo, quien lo hace todo pero no se le ve y que obra de forma oculta, donando la alegría, la paz, el amor, nos hace vivir como resucitados, como hijos de Dios.

Aquí te presentamos 10 reflexiones que ha realizado el Papa sobre la Tercera Persona la Santísima Trinidad.

1. Sin Él no somos cristianos

En su homilía del 13 de mayo en la capilla de Santa Marta, explicó que sin el Espíritu no somos cristianos, no existe la Iglesia ni su misión. Sin Él vivimos una doble vida: cristianos en palabras, “mundanos” en hechos.

2. Nos hace vivir como resucitados

“Su historia nos dice que incluso ver al Resucitado no es suficiente si no lo acogemos en nuestros corazones. No sirve saber que el Resucitado está vivo si no se vive como un resucitado. Y es el Espíritu que hace que Jesús viva y reviva en nosotros, que nos resucita”, dijo la Homilía de Pentecostés de 2019.

3. Nos reafirma como hijos de Dios.

El apóstol Pablo, escribiendo a los cristianos de Roma, dice: «Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba, Padre!» (Rm 8,14-15). He aquí la relación reestablecida: la paternidad de Dios se reaviva en nosotros a través de la obra redentora de Cristo y del don del Espíritu Santo”, dijo el Santo Padre en Pentecostés 2016.

4. El alma de la Iglesia

Él da la vidasuscita los diferentes carismas que enriquecen al Pueblo de Dios y, sobre todo, crea la unidad entre los creyentes: de muchos, hace un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Toda la vida y la misión de la Iglesia dependen del Espíritu Santo; él realiza todas las cosas.

5. Unidad en la diversidad

La división entre los cristianos es uno de los grandes escándalos que nos aleja de la fe. El diablo divide, mientras que “el Espíritu hace que los discípulos sean un pueblo nuevo”, porque “crea un corazón nuevo”. “A cada uno da un don y a todos reúne en unidad. En otras palabras, el mismo Espíritu crea la diversidad y la unidad”,

6. El Espíritu del perdón

Jesús Resucitado, en la primera vez que se aparece a los suyos, dice: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20, 22-23). Jesús no los condena, a pesar de que lo habían abandonado y negado durante la Pasión, sino que les da el Espíritu de perdón. El Espíritu es el primer don del Resucitado y se da en primer lugar para perdonar los pecados. Este es el comienzo de la Iglesia, este es el aglutinante que nos mantiene unidos, el cemento que une los ladrillos de la casa: el perdón.

Porque el perdón es el don por excelencia, es el amor más grande, el que mantiene unidos a pesar de todo, que evita el colapso, que refuerza y fortalece. El perdón libera el corazón y le permite recomenzar: el perdón da esperanza, sin perdón no se construye la Iglesia.

7. Dios nos habla todavía hoy

El Espíritu de verdad nunca deja de hablar, nos hace entrar cada vez más plenamente en el significado de las palabras de Jesús. Es la novedad del Evangelio, de una Palabra siempre viva, porque el cristianismo, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, no es una “religión del Libro”, “una palabra escrita y muda”, sino de la Palabra de Dios, es decir, el Verbo encarnado y vivo.

8. Las resistencias al Espíritu Santo

La Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo cuando deja de lado la tentación de mirarse a sí misma. Y nosotros, los cristianos, nos convertimos en auténticos discípulos misioneros, capaces de interpelar las conciencias, si abandonamos un estilo defensivo para dejarnos conducir por el Espíritu.

9. La alegría del Espíritu

Sólo pueden ser misioneros los que se sienten bien buscando el bien de los demás, los que desean la felicidad de los demás. Si puedo ayudar a una persona a vivir mejor, esto ya basta para justificar el don de mi vida. La alegría, la paz, el amor, son frutos del Espíritu.

10. Los carismas de la Iglesia

El Espíritu Santo suscita los diferentes carismas en la Iglesia; en apariencia, esto parece crear desorden, pero en realidad, bajo su guía, es una inmensa riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad. Sólo el Espíritu Santo puede suscitar la diversidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, producir la unidad.

Con información de Vatican News.

DLF Redacción

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.

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