En el comedor comunitario de la Iglesia de la Soledad, en el barrio de la Candelaria, los niños beneficiarios no sólo obtienen un plato de comida caliente; desde hace unos días, también reciben un mensaje de aliento y cariño de parte de otros niños.
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Y es que, a pesar de los momentos de incertidumbre que vive el mundo debido a la pandemia por coronavirus COVID-19, algunos padres de familia se organizaron para que sus hijos animen a otros niños, con frases como: “todo va a estar bien”, “Cuídate”, y “Bendiciones y mucho amor”.
En entrevista con Desde la fe, el párroco Benito Torres explicó que estos mensajes acompañan la comida del día de los niños, quienes debido a su situación de pobreza, asisten a ese comedor comunitario junto con sus familiares.
“De varios grupos de los laicos surgió esta iniciativa, y es una bella donación; estas asociaciones vienen a entregarnos comida ya en contenedores, y ahí viene pegada la cartita dirigida a los pequeños”.
“Es maravilloso ver la cara de felicidad y asombro de los niños al leer los mensajitos; entre ellos se presumen lo que les escribieron y se sienten queridos al ver que hay alguien que está pensando en ellos y que, a la distancia, los acompaña”, expresó el padre Torres.
El padre Benito señala que, aunque el alimento siempre se les ha dado con mucho cariño, estos mensajes han sido muy significativos en la vida de cada uno de los niños.
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Debido a la pandemia, el presbítero, fundador de la asociación civil Saciando al Pobre, asegura que reparten 1000 comidas diarias, de las cuales, aproximadamente 100 son destinadas a niños.
“Esta labor ha ido creciendo. Cuando comencé, hace cuatro años, quería darle de comer a 18 personas y ahora ya son mil personas. Esta crisis sanitaria ha despertado muchos sentimientos, y aquí sólo he visto gente que quiere ayudar y mejorar la vida del más necesitado”.
Los niños que estén interesados en participar en esta iniciativa, pueden hacer llegar sus mensajes a la Parroquia de la Santa Cruz y Soledad, ubicada en la calle Santa Escuela No. 16, en el Centro Histórico.
“Es recomendable que los niños escriban los mensajes de su puño y letra, pues ellos pueden transmitir con palabras o dibujos sus sentimientos, de lo contrario, si se imprimen o alguien la transcribe, esta no generará el mismo impacto para quien lo lea, pues lo percibirán como algo falso”.
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