El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, dio a conocer que subió a 98 el número de personas fallecidas a causa de la explosión por huachicol registrada el pasado 18 de enero en una toma clandestina de gasolina en el municipio de Tlahuelilpan.
Lo ocurrido en el poblado de San Primitivo es una tragedia que ha alcanzado fama internacional; sin embargo, no se trata de un hecho aislado en la región, ya que anteriormente se han registrado otras explosiones relacionadas con el huachicoleo que han cobrado vidas, a decir del padre Germán Llamas, Vicario General de la Diócesis de Tula.
En entrevista con Desde la fe, el padre Germán refiere que, frente a la tragedia, los párrocos de la región han estado muy implicados en el auxilio pastoral a familiares de quienes fallecieron y de quienes aún se encuentran en calidad de desaparecidos tras el accidente. “En especial –señala–, el Obispo de Tula, Mons. Juan Pedro Juárez, se ha mostrado muy solidario; fue inmediatamente a la Parroquia San Francisco de Asís Tlahuelilpan, la más cercana a donde ocurrió la tragedia, que está a cargo del padre Marcelino Valdez.
Explica que los familiares de las víctimas también han acudido a las parroquias de Tlaxcopan y Tezontepec, muchos con la angustia de tener a sus familiares enfermos en algún hospital, y otros el dolor de que las autoridades aún no les han entregado los cuerpos.
El Vicario General de la Diócesis de Tula afirma que, si bien entre las víctimas mortales gente que se dedicaba de manera sistemática a la ordeña de ductos, también había personas que, al enterarse de que había una fuga, vieron la oportunidad de llenar recipientes, ya sea para vender la gasolina o para usarla en sus autos frente a la escasez.
“En toda la región de Tula –explica–, que es el Valle del Mezquital, la actividad del “huachicoleo” no es un fenómeno extraordinario; de hecho, ha habido antes muchas explosiones con consecuencias fatales. Nosotros hemos enterrado a muchas personas que han muerto quemadas. Otras que mueren en riñas, pues gente de otros estados ha venido a querer ordeñar los ductos, y se enfrentan con la gente de aquí, lo cual es una situación muy lamentable, manejada por el crimen organizado”.
El padre Germán explica que el “huachicoleo” se da en toda la zona sur, en el poniente y parte del norte de Hidalgo, donde hay oleoductos que van rumbo a Salamanca, por lo que habitantes de los poblados de Nopala, Huichapan y san Juan del Río se aprovechan de esta situación y llevan a cabo esta actividad ilícita.
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