La Basílica de Guadalupe recibió la visita de sacerdotes, religiosos y laicos de distintos grupos y movimientos para rezar juntos el Rosario Arquidiocesano 2025, una tradición que nos une en oración bajo la mirada de la Morenita del Tepeyac y rogar por cada uno de los trabajos pastorales que se realizan en la Arquidiócesis.
El rosario también se realizó con la intención de unirnos en oración con el Papa León XIV, que convoca a toda la Iglesia para rezar por la paz del mundo, el fin de la guerra y a violencia.
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El Rosario, encabezado por Mons. Salvador González, Mons, Luis Manuel Pérez Raygoza, Obispos Auxiliares de la Arquidiócesis Primada de México, y Mons. Pedro Augustín Rivera Díaz, responsable de la Comisión de Liturgia y Espiritualidad,fue realizado con la participación de niños, jóvenes y adultos de distintas edades, y también contó con participantes de la Pastoral Indígena, que se unieron en oración en sus lenguas originarias.
Al comenzar el Rosario, Mons. Salvador dio la bienvenida a los presentes: “Llegamos hasta aquí como Peregrinos de Esperanza, como el Santo Padre nos lo ha pedido: que este año jubilar experimentemos todos la esperanza que nos da Nuestro Señor Jesucristo que está cerca de nosotros.”
Los asistentes tuvieron la oportunidad de participar de manera individual, rezando los padrenuestros, avemarías y glorias.
En cada uno de los misterios gloriosos se presentaron las siguientes intenciones:
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Al finalizar el rezo del santo rosario, comenzó el momento de adoración al Santísimo Sacramento del Altar.
Jesús Eucaristía se hizo presente ante su pueblo y, en la hora santa, encabezada por Mons. Salvador González, se rindió honor a Aquel que es la Vida.
Se meditó sobre María, primer Tabernáculo animado de Nuestro Señor, como su primera adoradora teniéndolo en su vientre, hasta la cruz, donde ofreció su dolor como adoración.
La música también formó parte de este momento de adoración, donde el pueblo se unió para entonar, a una sola voz, el Magnificat, el canto evangélico en el que María alaba a Dios, recordando que siempre cumple sus promesas.
Monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza recordó la bendición y el regalo que hizo Dios al pueblo mexicano, enviando a su Madre, Santa María de Guadalupe, para evangelizar estas tierras.
“La experiencia de fe del pueblo mexicano y la consolidación de la patria son realidades difíciles de comprender sino se leen a la luz de la cercanía y de la maternidad de Santa María de Guadalupe, que nos ayudó a superar las enormes diferencias iniciales para empezar a caminar hacia el sueño de Jesus de ser uno, como Él y el Padre son Uno.”
Al finalizar la Adoración se realizó la procesión con Jesús Eucaristía, alrededor del templo de la Basílica de Guadalupe, donde todos los presentes recibieron su bendición.
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