La figura del apóstol San Pablo es apasionante; sin embargo, pocos fieles se han adentrado en ella. La Arquidiócesis Primada de México, a través de la Dimensión de Biblia y Extensión Formativa, impartirá el curso: “Pablo, testigo de la vida en el Espíritu”, para conocer algunos aspectos fundamentales de la teología y espiritualidad del mensaje del “Apóstol de los Gentiles”, como se le conoce.
¿Por qué estudiar a San Pablo? Aquí te ofrecemos algunos aspectos relevantes de este hombre, a quien se le de debe gran parte de la evangelización en todo el mundo.
En primer lugar, debemos decir que “Pablo no es un historiador contemporáneo y fiable de un personaje excepcional llamado Jesús de Nazaret, sino un creyente cuya vida cambió de rumbo al entrar en contacto con él. […] No es el presentador de una vida utópica cuyo protagonista rompe los moldes conocidos, sino el creador de moldes nuevos cuyo contenido es determinante de la vida del hombre en una dirección diferente a la habitual”, como decía el biblista Felipe Fernández Ramos.
San Pablo es, probablemente, el más grande teólogo del Nuevo Testamento. Sus aportaciones sobre el misterio de la vida cristiana, como resultado de la irrupción de la Pascua, son, en buena medida, los pilares sobre los que cimenta la doctrina de la Iglesia.
Pero no solamente es un genio teológico, sus intuiciones espirituales (las consecuencias que en la vida del discípulo de Jesús tiene la resurrección, es decir, lo que llamamos “vida en el Espíritu”) son de una riqueza difícil de superar.
Su teología parte de dos hechos fundamentales: su conversión (que se produce como resultado del encuentro interpersonal con Jesús resucitado) y la transformación evidente que en sus comunidades (especialmente en Tesalónica) ha producido el Evangelio que les ha sido proclamado.
Es decir, parte de la experiencia y el testimonio para abordar las diferentes problemáticas que se suscitan en las comunidades fundadas por él. La suya, no es una teología de escritorio, no brota de una elucubración meramente teórica, es profundamente vivencial. Su escatología (reflexión sobre las realidades últimas: cielo, resurrección de los muertos, etc.), su soteriología (reflexión sobre el dinamismo de la salvación en el hombre), su teología del bautismo, etc., están profundamente enraizadas en la evidente acción del Espíritu de Cristo en los creyentes y en el mundo.
Por eso, para el discípulo de Cristo, es indispensable conocer el pensamiento teológico y espiritual del apóstol Pablo. Temas de candente actualidad como la interacción entre la gracia y la respuesta humana a esa gracia, entre la fe y las obras, los dinamismos que suscita en el creyente el bautismo, cuáles son las características del hombre nuevo surgido del Espíritu, qué es la resurrección, etc., iluminan la vida espiritual y el caminar del discípulo hacia la patria definitiva.
Si te interesa participar en este curso, escribe al correo: dimension_de_biblia@arquidiocesismexico.org
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