La Conferencia del Episcopado Mexicano, desde su Dimensión de Pastoral de la Salud, emitió un comunicado en el que asegura que vacunarse contra el Covid-19 es un bien por la salud de todos.
“En el mundo contemporáneo, aplicarse las vacunas clínicamente aceptadas por la comunidad científica internacional, colabora a proteger la salud personal y de nuestro prójimo, ayuda al cuidado de la creación; es una acción que custodia el auténtico bien común y promueve la verdadera cultura de la vida, basada en el respeto irrestricto a la dignidad de toda persona humana y a la justicia derivada de ella”, asegura la CEM en un comunicado.
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Sobre las implicaciones éticas de la vacuna, el comunicado de los Obispos de México aseguró que “es sabido que algunas de las vacunas, tanto para combatir el Covid-19, como otras enfermedades, emplean líneas celulares procedentes de fetos abortados hace varias décadas”.
Sin embargo, de acuerdo con una Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra el Covid-19, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables, es moralmente aceptable utilizar todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces.
Además, cabe señalar que el pasado 20 de enero, durante el panel virtual Los cristianos frente a las vacunas Covid-19, el Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston, destacó que ni la vacuna de Pfizer, ni la de Moderna involucraron el uso de líneas celulares que se originaron en tejido fetal extraído del cuerpo de bebés abortados en ningún nivel de su diseño, desarrollo o producción.
No obstante, el comunicado de la CEM destaca que quienes, por razones de conciencia, rechacen la vacuna deben de contar con la verdadera posibilidad de implementar, tanto en el corto como en el mediano plazo, los medios preventivos eficientes para evitar el propio contagio y el contagio de los demás.
“Este tipo de recursos que involucran aislamiento estricto, higiene exhaustiva, verificación continua de la propia salud y otras medidas similares, no suelen estar al alcance real de la mayor parte de la población”, asegura el comunicado de los Obispos de México.
El Episcopado Mexicano aseguró también que es una injusticia encarecer arbitrariamente los precios de medicamentos, oxígeno y otros insumos dedicados a tratar la enfermedad. Más aún, no es conforme a la verdad y al bien promover el consumo de fármacos que no se encuentren avalados científicamente como recursos preventivos o como cura efectiva para el Covid-19.
“Meras opiniones, rumores o teorías conspiratorias solo pueden ser objeto del rechazo de una conciencia cristiana y responsablemente formada. Los católicos no debemos contribuir en modo alguno a la desinformación ya que está en riesgo la vida de las personas, especialmente, de las más vulnerables”, aseveró.
El comunicado finaliza con un llamado enérgico a la prevención con el fin de evitar sufrimiento innecesario y la eventual pérdida de la vida.
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