Queridos hermanos y hermanas,
Con el corazón rebosante de fe y esperanza, deseo que el año 2024 venga colmado de bendiciones para cada uno de ustedes y sus seres queridos. Que la paz, el amor y la alegría inunden sus hogares y comunidades parroquiales en estos tiempos de grandes desafíos, pero también de enormes oportunidades para llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todos los rincones de nuestra amada Arquidiócesis Primada de México.
En el camino hacia la Asamblea Arquidiocesana, que celebraremos en mayo próximo, los invito a participar en los foros previos para reflexionar sobre los temas de pobreza, jóvenes, familias y alejados. Sin duda clarificará el itinerario de las actividades pastorales de forma precisa y eficaz para ser una Iglesia Sinodal. Colaboren en sus parroquias bajo la conducción de sus sacerdotes, y oren por ellos para que sean buenos pastores, a ejemplo de Cristo, Buen Pastor.
La Novena Intercontinental Guadalupana es una gran oportunidad para prepararnos, confiando en el amor maternal de la Santísima Madre de Dios, a la gran celebración de los 500 años del Acontecimiento Guadalupano. Por ello, participemos con alegría en las actividades y eventos, que se programarán en nuestra Arquidiócesis, y especialmente en la Casita del Tepeyac.
Oremos por el Santo Padre, el Papa Francisco, y por toda la Iglesia, especialmente en vista de la segunda parte del Sínodo de la Sinodalidad, programada para octubre próximo. El camino sinodal por el que transita la Iglesia comienza a fructificar, y confío en Dios, que cada vez será más capaz de testimoniar que ¡Cristo vive en medio de nosotros!
Oremos por la paz en el mundo en este nuevo año 2024, y pidamos a Dios Padre que nuestras acciones sean semillas de esperanza sembradas en la tierra fértil del amor fraterno, y así florezca la concordia y la armonía entre todas las naciones y pueblos de la tierra. Recordemos que la unidad y la comunión fraterna y solidaria es nuestra fortaleza para afrontar positivamente los grandes desafíos de nuestra sociedad.
Que el amor de Dios guíe nuestros pasos este nuevo año para que juntos, como Pueblo de Dios, seamos instrumentos de paz y misericordia, que tanto necesita hoy nuestro mundo.
¡Les deseo un feliz y venturoso año 2024!
+Carlos Cardenal Aguiar Retes Arzobispo Primado de México
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