El pasado sábado 15 de mayo, en la Parroquia de San Agustín de la Arquidiócesis de México, se celebró la ordenación sacerdotal de cuatro jóvenes de la congregación de los Legionarios de Cristo, de manos del arzobispo de Tlalnepantla José Antonio Fernández.
Los neopresbíteros son César Fernández Xicoténcatl, del estado de Hidalgo; Pablo Vivanco de Esesarte y Diego Trillas Díaz, ambos de la CDMX, y Daniel Preciado Valtierra, de Xalapa, Veracruz.
Estos cuatro jóvenes pertenecen a la llamada “Generación Covid-19” por haber recibido tanto su diaconado como el presbiterado durante la pandemia.
El año pasado se tenía previsto que recibieran la ordenación diaconal en Roma, Italia, pero debido a la contingencia por el coronavirus, la ceremonia se llevó a cabo en la Basílica de Guadalupe, bajo estrictas medidas sanitarias.
Durante la ordenación, el arzobispo José Antonio Fernández pidió a los recién ordenados ser entregados a la oración, “así como Jesucristo, que llevaba una relación íntima de diálogo con su Padre y le enseñaba a los discípulos la forma de hacer oración”.
Los exhortó de manera especial a ser agentes de unidad y comunión ante una humanidad dividida y polarizada en medio de una crisis de inseguridad, económica, social y de falta de empleo que se ha acentuado por la pandemia.
“Es urgente –dijo– que los pastores, ustedes, nosotros, tengamos cercanía con nuestro pueblo, con tantos hermanos que han sufrido, que sufren y necesitan consuelo y solidaridad. Es urgente seguir promoviendo la comunión con una clara conciencia de día a día ir construyendo la familia de Dios con la fraternidad a la que nos invita a Jesucristo…”
El Arzobispo también elevó una oración por la congregación de los Legionarios de Cristo “para que sigan fortaleciendo su camino en la formación de jóvenes al servicio de la Iglesia y al servicio de la sociedad”.
La ceremonia –en la que también recibió la ordenación diaconal José Alfredo Rodríguez Mendiola– fue concelebrada por el P. Alberto Simán, L.C., director territorial para México y Centroamérica de los Legionarios de Cristo, y estuvieron presentes algunos sacerdotes legionarios, laicos consagrados, consagradas del Regnum Christi, así como familiares de los presbíteros y del recién ordenado diácono. Todos cumpliendo las normas de sanidad que indican las autoridades.
Al finalizar la celebración, el P. Alberto Simán agradeció al arzobispo José Antonio Fernández la ordenación, y a los papás de los ordenados su apoyo, “pues no es fácil dejar a un hijo”; agradeció también a los sacerdotes que han sabido llevar día con día su cruz, y a los asistentes les recordó que el don del sacerdocio es para ellos, por lo que pidió que no dejar de orar por los sacerdotes para que sea fieles hasta la muerte.
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