Este sábado 26 de octubre, como parte de las acciones llevadas a cabo en el marco de la Megamisión, más de mil voluntarios se desplegaron en brigadas por diversas zonas de la Ciudad de México lastimadas por la pobreza, a fin de mostrar a la gente a Jesús mediante acciones de caridad cristiana. Uno de los lugares en que la jornada se vivió de manera muy intensa, fue en la Parroquia de la Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad, en el barrio de La Candelaria, en la cual se dieron cita numerosas personas sin hogar.
La comunidad parroquial recibió además la visita de monseñor Salvador González Morales, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, quien celebró una Misa de inauguración del albergue de invierno para indigentes “Durmiendo a los pies de Jesús y María”, una iniciativa del padre Benito Torres, encargado del recinto, que consiste en abrir las puertas de la parroquia a las personas sin hogar durante octubre, noviembre, diciembre y parte de enero, y prestarles colchonetas y cobijas para que se acuesten a dormir y no tengan que sufrir las inclemencias del tiempo.
Durante su homilía, monseñor Salvador González manifestó su beneplácito por el hecho de que la comunidad sacerdotal esté comprometida, como en el caso del padre Benito Torres, en mostrar a los demás el rostro misericordioso de Cristo. Señaló que, para lograr este objetivo, no se tienen que hacer cosas extraordinarias, pues basta con acercarse a la gente y tratarla con la dignidad que el Señor pide.
“Esa es la intención de estas 72 horas de misión intensiva que la Iglesia lleva a cabo en diferentes lugares de la Ciudad de México, ese es nuestro gran propósito: mostrar a Jesús a los demás”.
Previo a la Misa, un grupo numeroso de voluntarios de la Megamisión y de la propia comunidad, regalaron ropa a las personas sin hogar, quienes tuvieron oportunidad de que estilistas profesionales les cortaran el cabello y de ducharse en un lugar dispuesto para ello.
Al final de la jornada, monseñor Salvador González y el padre Benito Torres pasaron a servir los platos de comida a la comunidad de personas sin hogar, quienes agradecieron con palabras espontáneas dicho gesto de caridad cristiana.
Ernesto Macip es originario de Arabia, pero se encuentra en México desde los 7 años. En nuestro país intentó estudiar; sin embargo, por diversas circunstancias finalmente llegó a vivir al barrió de La Candelaria, donde ya lleva décadas en condiciones muy precarias.
“El padre Benito es para nosotros como un enviado de Jesús; nos da techo, nos alimenta y hasta nos lleva al doctor cuando ya andamos muy mal. Hoy vemos mucha gente aquí ayudándonos, y la verdad es que se agradece”.
Serge Kennie es un sacerdote misionero originario de Camerún. Fue enviado hace ya varios años a nuestro país; pero quiso quedarse aquí al ver el fenómeno de los niños de la calle, que lo enternecieron por ser los apartados de la sociedad.
“Aunque en La Candelaria la mayor parte de los ‘sin hogar’ ya nos son niños, de todos modos hay que atenderlos, pues son el rostro de Cristo que necesita de nuestra ayuda”.
Algunos de los lugares de mayor actividad visitados por los voluntarios de la Megamisión para reunirse con personas en condiciones de extrema pobreza fueron Parroquia de la Santa Cruz y la Soledad; centro Pro Labore Dei; Fundación para el Bienestar del Adulto Mayor I.A.P.; Cáritas Hospitalidad y Servicio, Casa de las Hermanas Brígidas y Cáritas Arquidiócesis de México.
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