La producción de basura es un pesado problema en la Ciudad de México donde se producen casi 13,000 toneladas de residuos sólidos, de acuerdo con cifras de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (SEDEMA).
Además, cada habitante genera de 1.37 a 2.47 kilogramos diarios de basura, de acuerdo con el Inventario de Residuos Sólidos 2017 de la SEDEMA– el último publicado-, cifra mayor al promedio de 1.2 kilogramos del resto de la República Mexicana.
Por ello, para ayudar al medio ambiente, los habitantes de la capital del país no sólo tienen que aprender a reciclar, sobre todo tienen que aprender a reducir.
“La cantidad es demasiada, por ello ya se envía a basureros de otros estados”, explica la Mtra. Gabriela Jiménez del Instituto de Ecología de la UNAM.
De acuerdo con el citado documento, el destino final de los residuos de la ciudad son cuatro rellenos sanitarios en el Estado de México y uno en Morelos. Ante este escenario, la especialista considera que cada medida que tomemos cuenta.
“Hay mucho que podemos hacer para reducir, lo primero es usar bolsas de tela en lugar de plástico; termos para evitar vasos desechables; usar botellas de agua reutilizable (no PET). No usar o reducir el uso de platos, vasos y cubiertos desechables y definitivamente evitar el unicel”.
Además de reciclar, para lo cual es básico “separar desde casa lo más posible, no sólo orgánico e inorgánico, sino papel y cartón, vidrio, latas, botellas de PET, esa es una separación más efectiva”, ya que esta favorece que los residuos puedan ser reciclados por el servicio de limpia.
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