La Iglesia Católica condena los operativos del Gobierno de México contra migrantes

La Iglesia, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó los operativos que el Gobierno de México ha implementado en contra de los migrantes y cuestionó el hecho de que no exista una estrategia entre los tres niveles de gobierno para afrontar esta problemática que afecta varios estados de la República.

“Vemos con preocupación que los operativos implementados por el Instituto Nacional de Migración (INM) en territorio mexicano, lejos de ser ‘rescates humanitarios’, tienden a ser acciones de criminalización y desprecio a las personas migrantes y refugiadas”, aseguró la Iglesia por medio de un comunicado.

En el documento firmado por el presidente de la CEM, monseñor Rogelio Cabrera López; el secretario general, monseñor Ramón Castro Castro; y el responsable de la Pastoral de Movilidad Humana, monseñor José Guadalupe Torres Campos, se precisa que ciudades como Tapachula, Oaxaca, Ciudad de México, Monterrey, Tijuana, Reynosa y Ciudad Juárez, entre otras, están rebasadas para atender a las personas migrantes y refugiadas.

“De ahí que no veamos una estrategia clara de coordinación entre los tres niveles de gobierno para afrontar y dar una verdadera respuesta ante las condiciones inhumanas que viven las personas migrantes y refugiadas en México”, aseguran los obispos de México.

Pide Iglesia menos operativos y se flexibilicen criterios para otorgar visas y asilo a migrantes

“La contención y deportación”, aseveran, “no son la respuesta ante los flujos migratorios. México se está convirtiendo en una gran Estación Migratoria para las personas migrantes y refugiadas, en donde no se les permite tener una estancia regular pero tampoco se les permite transitar hacia su destino”.

Por ello, hicieron un llamado a las autoridades federales, particularmente al INM, para que flexibilicen sus criterios para la obtención de visados humanitarios y así las personas en contexto de migración puedan tener una estancia regular en territorio mexicano.

De la misma manera, al condenar los operativos contra las personas en transito los representantes de la Iglesia, piden que el INM privilegie el derecho a pedir asilo de los migrantes antes de proceder a la deportación de las personas en todo el territorio mexicano.

Pide Iglesia por una sociedad libre de discriminación

En el comunicado emitido, la CEM indicó que seguirán orando para que, como hijos e hijas de Dios, se logre establecer una sociedad sin discriminación, sin xenofobia y sin racismo, “al amparo de la mirada siempre protectora de la Virgen de Guadalupe”.

“Invitamos a las Parroquias de todo el país, a que se conviertan en centros de acogida para personas migrantes y refugiadas. Que cada Parroquia pueda recibir a una familia migrante y refugiada, y vean en ellas a la familia de Nazareth que busca refugio y protección”, convocaron los obispos.

Viven migrantes violencia, deportación y climas adversos

Luego de cuestionar los operativos en contra de los migrantes, la iglesia católica aseguró que desde la Pastoral de Movilidad Humana ven con profunda tristeza el sufrimiento por el que atraviesan las personas en tránsito y refugiadas en su tránsito por México, porque “continúan siendo víctimas de delitos y violencia, discriminación, xenofobia, agresiones y extorsiones”.

“A poco más de un año de que se incrementara exponencialmente la llegada de personas migrantes a territorio mexicano, las estrategias de las autoridades federales, particularmente del INM, han sido la contención, detención, deportación y militarización”, aseveran.

Aunado a lo anterior, continúa, se recrudecen las condiciones climáticas en todo el territorio mexicano, lo que impacta directamente en la salud e integridad de las personas migrantes y refugiadas, especialmente en niñas, niños y adolescentes en contexto de migración.

“Es evidente el alto número de personas migrantes y refugiadas que se encuentran en situación de calle en diversos estados de la República Mexicana, viviendo bajo la intemperie y sufriendo las condiciones de una vida dolorosa y de incertidumbre”, señalan.

Finalmente, indican que si bien es cierto que la atención a la población migrante y refugiada corresponde directamente al Estado mexicano, “no deja de llamarnos a la solidaridad y a mirar el rostro de Cristo en esos hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes que tuvieron que salir de sus países de origen”.