El Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, se reunió con representantes de institutos y congregaciones femeninas de la vida consagrada, a quienes dirigió un mensaje y convivió en las instalaciones del Seminario Menor que se encuentra en Huipulco, en Tlalpan, al tiempo que aprovechó la oportunidad para presentarles a sus más cercanos colaboradores en este rubro.
Les dijo que todas las congregaciones con su amplia diversidad de carismas son un gran regalo de Dios para la Arquidiócesis de México, y explicó que en la Ciudad de México se cuentan por cientos de ellas, tanto en la rama femenina como en la masculina. Señaló que antes de la reestructuración territorial de la Arquidiócesis de México había 650 sacerdotes diocesanos y 950 religiosos, cifras muy relevantes, y puso por ejemplo que nada más en Tlalpan hay 51 congregaciones religiosas.
Luego habló de la importancia de la comunión operativa y de la urgencia de interactuar de manera coordinada entre todas las agrupaciones religiosas y en todas nuestras actividades. En lo particular, se refirió a la Vicaría de la Pastoral que ahora preside el Padre Álvaro Lozano Platanoff, “y cuyo objetivo es todo lo que nutre y alimenta a la Iglesia y a su vida interna, como es el caso de la catequesis, y lo que es la línea de la vida, como la hemos llamado”.
Se refirió a la necesidad de que un obispo conozca de cerca a todas las organizaciones de vida consagrada, “para ir tejiendo una red y por eso, los nuevos obispos van a acompañar al clero, desde el seminario hasta el presbiterio.”
Luego habló de la Vicaría de laicos que atenderá los servicios que presta la Iglesia a la sociedad, como es el caso de los migrantes, los jóvenes o la atención de los enfermos en los hospitales.
Puso como ejemplo la preparación de los niños para recibir la Primera Comunión y a las parejas de enamorados durante el noviazgo y el Matrimonio: “debemos visualizar a la persona para que desde niños entren en el proceso de relación con la Iglesia en todas sus etapas, que no se nos pierdan, por eso, hice ese cambio, tenemos que preparar mejor a los niños en la formación en la fe. No nada más en la preparación de los Sacramentos, eso vendrá como consecuencia, pero necesitamos hacer un período más largo de acompañamiento y de formación. Si formamos bien a un niño, estamos sembrando buena semilla”, dijo.
“Los que trabajan en la educación, es importante que hagamos esta sinergia entre la catequesis, y que no solo se imparta en las parroquias, sino también en las escuelas, porque hay adolescentes que viven más la influencia de las redes sociales que la de sus propios padres. La Iglesia debe acompañarlos para que también aprendan a descubrir sus vocaciones, porque no siempre las semillas caen en tierra fértil. Por eso debemos de preparar bien la tierra”.
El Arzobispo de México puntualizó que la gente debe sentir siempre el acompañamiento de la Iglesia, incluso, hasta llegar a adultos mayores.
Posteriormente, el Cardenal respondió algunas preguntas que los asistentes le formularon.
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