“Somos puentes” -ha dicho el padre Filiberto Vázquez Florencio– refiriéndose a la labor de diálogo que iniciaron los obispos de Guerrero hace más de un mes, luego de que dos grupos criminales, los Tlacos y la Familia Michoacana, concretaran un acuerdo de paz en la región norte del estado.
El director de Pastoral Social de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, aseguró que desde enero la Iglesia, a través de los obispos de cuatro diócesis de la entidad, inició los trabajos para motivar el diálogo entre los grupos criminales y tendiendo los puentes necesarios para que los líderes concretaran los acuerdos de paz alcanzados tanto en la zona centro como en la norte.
En entrevista con Desde la fe, el padre Filiberto comentó que gracias a esa a la labor realizada en conjunto por todos quienes forman parte de la Iglesia en Guerrero se concretaron dos acuerdos de pacificación, uno la semana pasada en la capital, Chilpancingo, y el otro en la zona de Tierra Caliente, hace dos días, luego de la masacre en San Miguel Totolapan.
La palabra pontífice se deriva del latín, y se utilizaba inicialmente en la antigua Roma para definir a quienes tenían el oficio de construir puentes. Así, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco han sido verdaderos pontífices al mediar entre los grupos criminales, quienes esta semana llegaron a un acuerdo de paz en la región norte del estado de Guerrero.
En este tenor, el padre Velázquez Florencio, también director del Centro de Derechos de las Víctimas de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello, precisó que si bien, en las negociaciones de esta semana no hubo participación de la iglesia, sí ha sido un factor fundamental para que se concretara ese alto al fuego.
La Iglesia ha estado presente con los dos grupos motivándolos y aparte de estar motivándolos al diálogo, pidiéndoles que le bajen a la extorsión, al cobro de piso, a afectar a terceros. Esa motivación ellos ya la tenían y el que hayan decidido antier solos estos acuerdos, eso es una gran noticia”, señaló el sacerdote.
El Padre Fili, como se le conoce en la región, dijo que independientemente de que ningún miembro de la Iglesia estuvo como testigo de la llamada que se dio entre los líderes de los grupos criminales de los Tlacos y la Familia Michoacana y que derivó en el acuerdo de paz, la labor de los obispos fue fundamental para concretar el alto al fuego.
“La Iglesia puso su grano de arena en la interlocución que tuvo con estas personas hace un mes. Había un acompañamiento a todo este conflicto por parte de los obispos, del centro Minerva Bello, de su servidor, de los sacerdotes que atienden estos pueblos que han sido afectados por la violencia, y todo eso ha permitido que se llegue ahora a esta resolución del desarme del conflicto”, indicó.
¿Padre, qué sería lo que esperaría la Iglesia después de este de esta negociación?
Padre, en un balance general, ¿considera que fue positiva la intervención de la Iglesia para lograr la paz?
– Sí. Y algo importante es que fue una intervención ante una emergencia. Aunque no sea el camino más deseado, fue el más necesario y vamos a seguir con la construcción de paz a partir de la Agenda Nacional de Paz, de los conversatorios de paz y queriendo aplicar las 14 propuestas que la Agenda Nacional de Paz tiene para un construir una paz sostenible
¿Seguirá la Iglesia atendiendo puentes entonces?
– Así es.
Al referirse a las críticas que recibieron los los obispos de las diócesis de Acapulco, Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano y Tlapa que establecieron contacto con los líderes de los grupos criminales para alcanzar la paz en Guerrero, el padre Velázquez Florencio indicó que quienes las realizaron no tenían idea de la labor que realizaron y los alcances que tenía.
En este sentido señaló que los obispos anunciaron que habían sostenido un diálogo inicial con los grupos criminales a fin de alcanzar la paz en el estado, pero nunca se anunció un éxito, “se había comunicado que habían iniciado unas conversaciones, pero no que habían llegado a su fin”.
“Al final nosotros tenemos un límite y ese límite es simplemente crear los puentes y ya quien los decidan cruzar, como los quieran cruzar, pues ya no depende de nosotros. Entonces esa situación fue la que ya tuvo un éxito porque había una confrontación de varios meses. Siempre prevaleció el diálogo, entonces un fracaso no hubo, simplemente era cuestión de paciencia”, puntualizó.
Con información de Roberto Alcántara
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.