Los fieles respetaron la sana distancia en la Catedral Metropolitana. Foto: Alejandro García/Desde la fe.
Por los más de 43 mil fallecidos en nuestro país a causa de la pandemia de COVID-19, fue ofrecida la primera Misa con presencia física de fieles este domingo 26 de julio en la Catedral Metropolitana de México, luego de cuatro meses cerrada al culto público.
“Señor Jesús -dijo en su homilía monseñor Salvador González, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México-, nos sentimos desvalidos en esta situación de emergencia sanitaria internacional. Pero confiamos en ti, te pedimos por el personal de salud de nuestros hospitales, y por todos los fallecidos durante esta pandemia”.
Asistieron aproximadamente 60 personas que acudieron utilizando cubrebocas, guardando la sana distancia y respetando las normas de seguridad dispuestas tanto por las autoridades civiles como por autoridades eclesiásticas en las Orientaciones y criterios para el retorno gradual a las celebraciones litúrgicas con asistencia de fieles.
A la entrada del templo hubo un filtro de seguridad donde se tomó la temperatura de los fieles. Posteriormente se les dio gel antibacterial y limpiaron sus zapatos en tapetes desinfectantes.
Al interior del recinto, los asientos están marcados con el objetivo de guardar la sana distancia.
Hasta antes de la emergencia sanitaria, Miguel Ángel Jiménez acudía con regularidad a la Catedral previo a comenzar su jornada laboral, tuvo que suspender estas visitas debido a la pandemia. Hoy regresó.
“Ya nos hacía falta venir a la casa de Dios -señala-. Pero ya estamos aquí presentes. Ojalá pronto toda la gente pueda venir. Pero para eso, los que ya podemos, debemos utilizar el cubrebocas, guardar la sana distancia y obedecer. Esto nos hace mucha falta: obedecer las instrucciones que se nos dan”.
Miguel Ángel Jiménez, uno de los feligreses que acudió a la Misa presencial. Foto: Vladimir Alcántara/Desde la fe.
Por otra parte, Eduardo Flores acudió a la Catedral en este primer día de reapertura de los templos para dar gracias a Dios por su salud y la de su familia. “Ya extrañaba venir a Misa en Catedral. La verdad, vengo a dar gracias a Dios de que todavía estemos aquí, haciendo lo que nos toca hacer en este mundo. Por eso quise venir, y ojalá nunca se vuelva a cerrar nuestra Catedral”.
Eduardo Flores, feligrés, acudió a la Catedral para dar gracias por su salud. Foto. Vladimir Alcántara/Desde la fe.
La Arquidiócesis Primada de México ha hecho un llamado a los fieles que forman parte de la población vulnerable a quedarse en casa, hasta el momento en que el riesgo de contagio disminuya en la Ciudad de México.
La población vulnerable son embarazadas, adultos mayores de 65 años, personas con obesidad o enfermedades cardiovasculares.
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