Con sus minas de plata que parecían interminables, Zacatecas fue una de las entidades que dio mayor riqueza a la Nueva España, y los mineros, agradecidos a la Providencia por tal bonanza, construyeron una basílica para la ciudad que fuera espejo de su prosperidad, y así lo hicieron, entre 1730 y 1760, aunque otros historiadores ubican su construcción entre 1729 y 1772, sin embargo la obra tuvo ampliaciones hasta 1904.
Los mineros de Zacatecas decidieron que este nuevo templo sustituiría a uno que se había sido edificado en 1625, y este, a su vez, remplazó a otro de 1568. Los dos fueron demolidos.
La primera piedra la colocó don José de Izarraguirre, vicario episcopal, y el arquitecto fue muy ambicioso y pensó que la iglesia se convertiría en la catedral de la Diócesis, aunque sería creada hasta 26 de enero de 1863, por el Papa Pío IX.
Es de estilo churrigueresco, con cantera rosa y consta de tres naves, tres portadas y en la fachada principal tiene tres cuerpos y un remate en forma de cruz. También aparece una representación de Dios Padre rodeado de ángeles y Cristo flanqueado por sus apóstoles. Las columnas son salomónicas, y están formadas por conchas, hojas de acanto y de vid.
En el segundo nivel está la ventana del coro, y a sus costados, las imágenes de cuatro doctores de la Iglesia: San Gregorio Magno, San Jerónimo, San Agustín, y San Ambrosio, y cuatro apóstoles, todos con sus atributos. Sobre la puerta, están también Cristo con sus 12 apóstoles durante la Última Cena. El primer nivel de la fachada tiene tres columnas corintias de cada lado de la puerta, y en ambos lados están las esculturas de Santiago, San Pedro, San Pablo y San Andrés.
Por desgracia, este magnífico templo carece de atrio, por lo que es imposible apreciarla en toda su magnificencia de manera frontal, y solo puede ser visto desde la banqueta de enfrente.
La Catedral tiene dos torres, y en una de ellas está una campana muy famosa porque suena al amanecer y al anochecer, y fue forjada con joyas y monedas de los zacatecanos y tiene un sonido peculiar.
La catedral tiene dos portadas laterales, dedicadas al Señor de la Parroquia, y la sur, a Nuestra Señora de los Zacatecas; ambas, también, están ricamente adornadas.
El interior es austero y destacan sus grandes columnas de estilo dórico, y sobre sus claves de los arcos hay símbolos marianos, figuras de algunos santos y objetos de la pasión de Cristo. Los altares laterales son de estilo neoclásico y sobresalen el de la Virgen de Guadalupe, el del Sagrado Corazón de Jesús.
El poeta zacatecano Ramón López Velarde, en La Bizarra Capital de mi Estado, habló de esta catedral; dijo: “Y una catedral, y una campana, mayor que cuando suena, con el primer clarín del primer gallo, en las aves marías, me da lástima que no la escuche el Papa.”
Juan Pablo II pudo conocer y escuchar estas campanas el 12 de mayo de 1990.
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