Desde el 26 de julio, iglesias de la Arquidiócesis de México abrieron sus puertas nuevamente para las celebraciones litúrgicas con la presencia de fieles, esto incluye Misas, pero también el Sacramento del Matrimonio y los Bautismos.
Los novios que así lo deseen podrán reanudar sus planes de boda, pero con algunas adecuaciones para cumplir con los protocolos de higiene durante la celebración.
En primer lugar, los celebrantes, el ministro y los invitados deberán pasar por el filtro sanitario que incluye desinfectar sus manos con gel antibacterial y tomar su temperatura, para detectar síntomas de COVID-19 y evitar que la celebración se convierta en un foco de contagio.
Las Orientaciones litúrgicas para reanudar el culto público en tiempos de pandemia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), explican que tanto el intercambio de anillos y arras, como la imposición del lazo, pueden omitirse.
Aunque los criterios de la CEM y de la Arquidiócesis no mencionan específicamente el caso de los contrayentes, uno de los requisitos indispensables para participar en una celebración eucarística es el uso de cubrebocas, por lo que los novios también deben utilizar este equipo de protección personal.
Con el semáforo epidemiológico en color rojo se podían celebrar Matrimonios, pero a puerta cerrada y sin invitados, sólo con la asistencia de las personas estrictamente necesarias para realizar la celebración.
Ahora, con el semáforo en naranja, las autoridades civiles y de la Arquidiócesis de México han acordado permitir el culto público, con una asistencia limitada, que no rebase 30 por ciento del aforo de cada templo, y todos siguiendo las medidas de seguridad sanitaria.
Los enlaces matrimoniales deberán cumplir estrictamente con este requisito por lo que, aunque sí puede haber invitados, el acceso será limitado.
Las orientaciones y criterios de la Arquidiócesis de México para las celebraciones litúrgicas permiten contar con un organista o coro, con las debidas medidas sanitarias.
“A las parejas cuya celebración del Matrimonio tuvo que aplazarse a causa de la pandemia, les animo a valorar el tiempo de espera como una nueva oportunidad para seguir preparando el corazón y el de sus familias para celebrar con alegría el Matrimonio al llegar al momento factible”, señaló en entrevista monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.
En el caso de las parejas que se casarán en este periodo “les recomiendo dar gracias a Dios por la oportunidad de celebrar su Matrimonio, pero háganlo observando las medidas precautorias y sanitarias que ayudarán a sus familiares e invitados a sentirse seguros, protegiéndose unos a otros durante la celebración la cual, sin duda, deberá ser con participación de pocas personas”, agregó.
Estas indicaciones las da la Iglesia en México y únicamente se refieren a la celebración de las bodas religiosas dentro del templo.
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