El Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, dio a conocer que se unirá al acto de consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, en respuesta a la invitación que hizo el Papa Francisco a todos los Obispos del mundo -y a sus presbiterios- de participar en este acontecimiento.
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A través de un comunicado, el Cardenal Carlos Aguiar señaló que la consagración de ambos países al Inmaculado Corazón de María se llevará a cabo el próximo 25 de marzo en la Basílica de San Pedro a las 17:00 horas, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá el Papa Francisco.
Mientras que el acto de consagración en la Arquidiócesis de México, se hará durante la Santa Misa que presidirá el Cardenal Carlos Aguiar Retes el mismo día en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe a las 12:00 horas. La Santa Misa será concelebrada por miembros del Cabildo de Guadalupe y del Cabildo Metropolitano, así como por el Consejo Episcopal arquidiocesano.
Aquí puedes ver en vivo la consagración de Rusia y Ucrania desde la Basílica de Guadalupe en México:
“La Iglesia que peregrina en esta Arquidiócesis Primada de México se une en oración con el Romano Pontífice para pedir a Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María, la conversión de nuestros corazones en este tiempo de cuaresma y el don de la paz para Rusia, Ucrania y para el mundo entero.
El Arzobispo de México además exhorta a todas las comunidades parroquiales de esta Iglesia particular a unirse de forma especial este domingo en la Eucaristía que ya tengan programada en el día, y rogar unidos a Dios por la paz en Rusia, Ucrania y el mundo entero.
“Les pido a todos los hermanos sacerdotes y laicos de las diversas parroquias, capillas y rectorías que en este III Domingo de Cuaresma difundamos esta invitación a la oración común en la fecha señalada. Agradezco su amable atención y pidamos con humildad el don de la paz para los amados pueblos de Rusia y Ucrania, para todas las familias y para cada persona”.
“Madre de los hombres y de los pueblos, Tú conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que sacuden al mundo, acoge nuestro grito dirigido en el Espíritu Santo directamente a tu Corazón y abraza con el amor de la Madre y de la Esclava del Señor a los que más esperan este abrazo, y, al mismo tiempo, a aquellos cuya entrega tú esperas de modo especial. Toma bajo tu protección materna a toda la familia humana a la que, con todo afecto a ti, Madre, confiamos”.
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