El 25 de octubre, el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas Monseñor Bernardito Auza, interviene en las deliberaciones de la Sexta Comisión del septuagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General sobre el tema 82 del programa, dedicado al “Informe del Derecho Internacional” Comisión sobre los trabajos de su septuagésimo período de sesiones Grupo I.
En su declaración, el arzobispo Auza señala que el aumento global del nivel del mar, afectaría directamente a más de 70 Estados, convirtiéndose en un desafío importante que requiere una respuesta global con un enfoque ético integrado.
“Muy probable es que otros Estados se vean afectados indirectamente, no solo por la pérdida de tierras, sino también por el desplazamiento de los pueblos y por la pérdida de recursos naturales. El ascenso global en el nivel del mar es, por lo tanto, un desafío importante que requiere una respuesta global”, argumenta el Nuncio Auza.
El Arzobispo también resalta que, si la humanidad anhela una ecología integral, esta debe ser equilibrada, donde los ecosistemas marinos y costeros, así como los hombres y mujeres que dependen de ellos, en el presente y en el futuro.
“Abordar una realidad tan compleja exige ante todo un enfoque ético integrado. No podemos hablar de ecosistemas marinos y costeros sin considerar a los hombres y mujeres que dependen de ellos, ya que los humanos y el entorno natural florecen o se deterioran juntos. En su carta encíclica Laudato Si, el Papa Francisco subraya la necesidad de una “ecología integral, una que respeta claramente las dimensiones humanas y sociales de la naturaleza”.
Como último punto de la intervención, el prelado saluda la decisión de la Comisión de Derecho Internacional por considerar las implicaciones legales internacionales sobre el aumento del nivel del mar en términos del derecho del mar, la estabilidad, los derechos humanos y la migración humana.
“Mi delegación agradece a los miembros de la Comisión que han trabajado en este tema y quienes han trazado los desafíos legales planteados por el aumento del nivel del mar en las áreas de la Derecho del mar, estabilidad, derechos humanos y migración humana. Sin embargo, visto que las repercusiones humanitarias del aumento del nivel del mar son particularmente apremiantes, alentamos a priorizar la cuestión de la protección legal de los migrantes, las personas desplazadas, que podrían llenar una laguna en el derecho internacional y preparar mejor a los Estados, a las comunidades directamente interesadas y la comunidad internacional para enfrentar este desafío”, finaliza.
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