El Papa Francisco canonizó este domingo a cinco nuevos santos: John Henry Newman, Josefina Vannini, María Teresa Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Pontes y Margarita Bays.
“Hoy damos gracias al Señor por los nuevos santos, que han caminado en la fe y ahora invocamos como intercesores”, dijo en su homilía en la Santa Misa en la plaza San Pedro en el Vaticano.
“Pidamos ser así, ‘luces amables’ en medio de la oscuridad del mundo”, agregó, refiriéndose a los que hasta hoy eran beatos.
De los nuevos santos uno fue Cardenal, tres son religiosas y una fue costurera.
San John Henry Newman
Fue un pastor anglicano, en 1843 pronunció su último sermón, bajó del púlpito y se despojó de sus vestiduras. Dos años más tarde pidió ser admitido en la Iglesia Católica y después de completar sus estudios teológicos en Roma fue ordenado sacerdote en 1847.
Fundó el Oratorio de San Felipe Neri, en Inglaterra. En 1879 León XIII lo creó Cardenal. Llegó a ser considerado para ocupar la sede de Pedro.
Santa Giuseppina Vannini
Fue fundadora de las Hijas de San Camilo, familia religiosa femenina dedicada al cuidado de los enfermos.
Fue huérfana y separada de sus hermanos. En 1891 participó en un curso de ejercicios espirituales donde conoció a su padre camiliano, Luigi Tezza, quien unos meses antes recibió la tarea de restaurar los terciarios camilianos. El padre Tezza le ofreció participar en el proyecto.
Tres años después, ella se volvió superiora general. Para el momento de su muerte en 1911, los camilianos ya tenían 156 profesas religiosas y 16 casas religiosas entre Europa y América.
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Santa María Teresa Chiramel Mankidiyan
Fundó la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia, dedicada al cuidado de los pobres, los marginados y las familias en dificultades.
Desde joven supo que tenía vocación religiosa. En 1913 consiguió una casa a la que se mudó con dos amigas para llevar una vida en comunidad. Eso fue el inicio de la Congregación, que floreció pese a la Primera Guerra Mundial.
Santa Dulce Lopes Pontes
Quedó huérfana y fue confiada a sus tías. A sus 18 años, con una de ellas, visitó una de las zonas más pobres de la Brasil y quedó muy impresionada, por lo que decidió transformar su casa en un centro de acogida para personas necesitadas.
Al ingresar a la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, escogió el nombre de Dulce y comenzó a atender a los pobres de la favela de Alagados. Se comprometió en la educación de los obreros, enfermos y necesitados, abrió un dispensario médico, una biblioteca, una escuela y un cine.
Es la primera santa brasileña y en 1988 fue candidata al Premio Nobel de la Paz.
Santa Margarita Bays
Como camino para alcanzar al Señor eligió la cotidianeidad de la familia. Fue costurera, vivió una vida de oración y recogimiento.
En 1853 fue operada de cáncer intestinal. Los tratamientos eran muy invasivos, así que empezó a rezar a la Virgen rogándole que la curara para que sufriera de otra manera, un año después quedó ligada para siempre a la figura del Cristo sufriente en la cruz: se le aparecieron los estigmas que sabiamente ocultó de las miradas indiscretas.
Puedes ver aquí la canonización completa:
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Información de Vatican News
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