Mientras que el gobierno de Francia incluye en su en su Constitución el derecho al aborto, en el país galo ocurre un fenómeno que está haciendo crecer el número de jóvenes bautizados; la cifra, en este año, está alcanzando un punto récord.
Este fenómeno, que está dando la contra al proceso de descristianización en occidente mediante una silenciosa renovación cristiana de jóvenes, inició en una Universidad Católica del norte de Francia, en la ciudad de Lille, a partir de una Santa Misa a la luz de las velas que ha ido creciendo aceleradamente en aforo y popularidad, por lo cual se le conoce como el “Milagro de Lille”.
Antes de explicar en qué consiste el “Milagro de Lille”, hay que mencionar que Lille es la capital de Alta Francia. Es una ciudad universitaria llena de fermento cultural y artístico, repleta de bares y restaurantes. Cuenta con pintorescas calles, arquitectura flamenca y un gran panorama histórico.
En 2016, en dicha universidad seis estudiantes comenzaron a congregarse en una capilla debajo de las instalaciones para participar de la Misa a la luz de las velas. Y de forma rápida -como la semilla de mostaza que al ser plantada se convierte en un árbol frondoso-, ese número tan reducido de jóvenes ascendió a 300, por lo que tuvieron que trasladarse a un lugar más grande.
En 2019, cando la cifra de estudiantes llegó a los 600, se tuvieron que pasar a la restaurada Capilla de San José, misma que ya se ocupaba como sala de estudio, y llegada la Cuaresma el personal de seguridad se vio en la necesidad de impedir el paso a cientos de estudiantes, porque ya rebasaban el aforo permitido en la Misa a la luz de las velas, que era de 900.
Actualmente, los numerosos estudiantes se reúnen todos los martes a las 22:00 horas para participar en esta Misa a la luz de las velas en la Capilla de San José. El número de asistentes sigue aumentando progresivamente, y entre éstos ya se cuentan muchos catecúmenos y jóvenes ateos, lo cual ha dado más relevancia al llamado Milagro de Lille.
En un país en el que a la sociedad se le ha enseñado a avergonzarse de su fe cristiana, se encuentra esta Universidad en la que hoy los estudiantes se han despojado del temor a ser juzgados. Joséphine Auberger, estudiante de esta casa de estudios y jefa de Comunicación de la Capellanía, considera que lo que atrae a los jóvenes es la belleza y sencillez de la Santa Misa a la luz de las velas.
En este sentido, comenta que un amigo suyo, quien anteriormente únicamente asistía a la Misa tradicional en latín, ha encontrado ahí un sitio en el que ha podido apreciar la belleza de la liturgia.
Por su parte, Louis Tranié, un estudiante que ejerce el cargo de vicepresidente de la Capellanía, asegura que a partir de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023 se ha suscitado un efecto muy positivo en la fe. Además, considera que la escasa iluminación atrae a jóvenes que desean participar en la Misa pero que tienen temor a ser vistos por sus vecinos.
Los organizadores de esta celebración se esfuerzan en resaltar la belleza de la liturgia; en especial los sacerdotes, quienes ponen mucho cuidado en las predicaciones y en la música que acompaña la Misa, misma que es cantada por un coro polifónico que suele recibir una gran cantidad de elogios.
El padre Charles Marie Rigail, Capellán de la Universidad donde se originó el Milagro de Lille, habla de la centralidad de la Palabra de Dios como un ancla que afianza a los participantes de la asamblea, especialmente a aquellos jóvenes que sienten un mundo en constante cambio y lleno de inseguridades.
Para el padre Charles Marie Rigail, la manera de tocar el corazón de los jóvenes es tratar de ofrecerles todo lo mejor. “El acompañamiento personalizado es algo fundamental para poder crecer en la fe; más aún para quienes tratan de introducirse en ella”.
Por ello, el Capellán universitario trata de hablar con los participantes tras la celebración. Esto le ha llevado a percatarse de que asisten a Misa todo tipo de personas, “desde católicos practicantes hasta ateos”, quienes, impresionados por la belleza de la celebración, tratan de profundizar en el catolicismo.
El padre Charles Marie Rigail asegura que su intención es que la gente redescubra toda la belleza de la liturgia. “No estaríamos cumpliendo con nuestro fin si estos jóvenes, al llegar a sus parroquias locales, se desanimaran por celebraciones menos atractivas. Nuestro objetivo es sólo aumentar su aprecio por la liturgia y animarlos a implicarse más en sus parroquias para realzar la belleza de las celebraciones”.
Con información de El Debate
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