Iglesia en el mundo

¿Por qué el Vaticano comenzó a observar el cielo con un súper telescopio desde el s. XVI?

El Vaticano cuenta con un telescopio y un instituto de investigación astronómica fundado en 1578 por el Papa Gregorio XIII, y actualmente es reconocido como uno de los más importantes y longevos a nivel mundial.

Inicialmente construido en los Jardines Vaticanos como una torre de observación, el ahora Observatorio Vaticano tenía como fin principal empezar el diseño de un nuevo calendario, libre de las inexactitudes o desfases que venía arrastrando el Calendario Juliano.

Tres siglos más tarde, en el año 1891, a manera de un signo manifiesto del apoyo de la Iglesia a la ciencia, el Papa León XIII lo estableció formalmente como Observatorio, y en 1935 fue trasladado a la residencia papal de verano en Castel Gandolfo.

Por aquella época, se produjo una contaminación lumínica en Roma que comenzó a dificultar la observación del cielo, lo que hizo necesario buscarle nueva sede, y fue así que se estableció un segundo centro de investigación en Tucson, Arizona.

En la actualidad, ambas sedes permanecen en operación, y la totalidad de sus investigadores son sacerdotes jesuitas, la mayoría de los cuales cuentan con doctorado en Astronomía.

Las monjas que contaban estrellas

En los albores del siglo XX, por encargo de la Santa Sede, cuatro monjas se dedicaron pacientemente a contar y clasificar estrellas fotografiadas por el llamado ‘Telescopio del Papa’ para ayudar a elaborar el primer mapa celeste. Durante once años, estas cuatro monjas contaron más de 256.000 estrellas.

La labor consistía en observar la posición de las estrellas a partir del material fotográfico que se les proporcionaba y calcular las coordenadas precisas de esos astros. La actividad formaba parte del proyecto Carte du Ciel (Mapa del Cielo), al que se sumaron 20 observatorios de todo el mundo, desde el de Greenwich (de Londres), hasta el de Córdoba (de Argentina).

Emilia, Regina, Concetta y Luigia, era los nombres de estas cuatro religiosas, hermanas de la Virgen María Niña, quienes se incorporaron a la labor de contar estrellas a pesar de la reticencia inicial de su congregación, que consideraba esta función muy alejada de su misión caritativa.

La contribución de las cuatro monjas fue reconocida en su época con una audiencia privada con el Papa Benedicto XV, quien les regaló un cáliz de oro en 1920. Ocho años después, Pío XI volvió a recibirlas.

DLF Redacción

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.

Entradas recientes

Urge tu ayuda

Todo lo que se colecte durante las Misas dominicales se destinará a las misiones, especialmente…

5 horas hace

¿Por qué Jesús se pregunta, si encontrará todavía fe sobre la tierra?

Un denominador común en todo este camino de subida a Jerusalén es que suele corregir…

5 horas hace

Número desconocido, el documental de Netflix que expone el lado más oscuro del acoso digital

En la era digital, una palabra puede ser bálsamo o veneno. Número desconocido, el documental…

6 horas hace

San Medardo en tiempos de tormenta

En cada despensa entregada hay una afirmación de fraternidad; en cada cobija donada, la certeza…

6 horas hace

El Papa recibirá a los reyes de Inglaterra en el Vaticano: ¿de qué hablarán?

El 23 de octubre los reyes de Inglaterra harán una visita de Estado al Vaticano…

10 horas hace

El Señor de los Milagros, el Cristo “morado” que llegó desde Perú a México

El Señor de los Milagros nació en Lima en el siglo XVII y hoy su…

11 horas hace