Este 1° de mayo se cumplen 5 años de que fuera inaugurada y bendecida la parroquia dedicada a San Juan Diego, el Buenos Aires, Argentina, y con ello, el Papa Francisco vio realizado uno de sus sueños.
Cuando Jorge Mario Bergoglio era Arzobispo de esa ciudad, dispuso que se construyera este templo. Incluso, inició la obra, al tiempo que proclamaba al Vidente del Tepeyac como patrono de los floristas en su tierra natal.
El 1 de mayo de 2015, el Papa Francisco fue informado que la parroquia había sido construida y que fue bendecida por el entonces Arzobispo de México, el Cardenal Norberto Rivera, y quien fuera Rector de la Basílica de Guadalupe, Monseñor Enrique Glennie.
Este no es el único templo de Argentina en donde se venera a la Virgen de Guadalupe y en particular a San Juan Diego, sin embargo, tiene la particularidad de que el ahora Papa Francisco ordenó su construcción en el Barrio Flores, para atender espiritualmente a una población de 5 mil vecinos de un nuevo conjunto habitacional en donde viven principalmente obreros y migrantes sudamericanos.
El padre Federico Trapaglia, quien era el párroco al momento de la inauguración, comentó que “han acudido al templo personas de otros barrios que se han enterado de su existencia y de que esta iglesia está dedicada al indígena San Juan Diego. Eso es muy importante y es que acercamos el Tepeyac a Buenos Aires y a toda Argentina, y es que mucha gente no tiene la oportunidad de viajar a México, y como en esta iglesia están las imágenes de la Virgen de Guadalupe y de San Juan Diego y así parece que están más cerca de los fieles”, y en efecto, los asistentes llevaron a San Juan Diego en andas y estuvieron presentes muchas imágenes de la Virgen Morena para que recibieran la bendición.
Para celebrar estos cinco años, la parroquia organizó un Novenario, al tiempo que dispuso poner una escultura de San Juan Diego a la entrada del templo, con la súplica de que interceda ante la Virgen de Guadalupe para que llegue a su fin la pandemia del COVID-19.
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Como un gesto de agradecimiento y reciprocidad, el Cardenal de Argentina Mario Aurelio Poli, obsequió a las autoridades eclesiásticas de México que estaban presentes en la ceremonia, una réplica de la Virgen de Luján y que a la fecha se custodia en la Basílica de Guadalupe.
El Cardenal argentino comparó a San Juan Diego con el Siervo de Dios, el “Negro Manuel” que de acuerdo con la tradición, habiendo sido esclavo apresado en África, dedicó toda su vida a cuidar a la imagen de la Virgen de Luján hasta su muerte en 1686.
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