La labor de las Órdenes Redentoras se centra en liberar a los seres humanos de diversas formas de esclavitud, ya sean físicas, morales o espirituales. Foto Provincia Mercedaria Mexicana.
Dentro de la Iglesia existen unas congregaciones religiosas que ocupan un lugar muy especial debido a su misión orientada a la salvación, la liberación y el servicio a los más necesitados: las Órdenes Redentoras.
A lo largo de nueve siglos han surgido varias congregaciones con este carisma y cuya labor se ha centrado fundamentalmente en redimir cautivos, rescatar almas del pecado o liberar a personas de diversas formas de esclavitud.
Así, las Órdenes Redentoras representan un testimonio vivo del Evangelio llevado a los márgenes de la sociedad, además de que su historia está profundamente marcada por el sacrificio, la caridad y la fidelidad al Evangelio, por lo que siguen inspirando nuevas formas de misión y servicio en un mundo donde muchas personas siguen necesitando ser redimidas en cuerpo y alma.
Una Orden Redentora es una congregación religiosa dentro de la Iglesia católica que tiene como objetivo principal la redención espiritual o material de las personas, inspirada en el misterio central de la redención obrada por Jesucristo.
De este modo, estas órdenes nacen con una orientación misionera y caritativa, centradas en liberar a los seres humanos de diversas formas de esclavitud, ya sean físicas, morales o espirituales.
El carisma de estas órdenes gira en torno a la imitación de Cristo Redentor, con una espiritualidad centrada en el sacrificio por los demás y la entrega a los que sufren, incluso algunas tienen una fuerte orientación mariana, viendo en la Virgen María un modelo de corredención.
Entre sus principales apostolados se encuentran:
Las Órdenes Redentoras nacieron en un contexto histórico en el que miles de cristianos eran tomados como rehenes o esclavos en guerras de religión o en incursiones marítimas.
Ante esta realidad, varios santos fundadores sintieron el llamado a crear comunidades dedicadas exclusivamente a la liberación de los cautivos, inspirados en las palabras de Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre mí… me envió a anunciar la liberación de los cautivos…, a dar la libertad a los oprimidos” (Lucas 4, 18).
Con el paso del tiempo, este carisma se fue ampliando a otras formas de esclavitud moderna, como lo son la pobreza extrema, la trata de personas, la drogadicción o la ignorancia y la persecución religiosa que existen en todo el mundo.
Las primeras Órdenes Redentoras, también de vida activa, tenían como misión principal rescatar a los muchos cristianos que eran hechos prisioneros por los musulmanes, para lo cual tenían dos formas de hacerlo:
De acuerdo con el sitio oficial de los Dominicos, “hay antiguos relatos que cuentan cómo los frailes redentores llegaron a formar comunidades dentro de aquellas inmundas cárceles norteafricanas”.
“En ellas –según cuentan– hacían lo posible por orar comunitariamente, celebrar la Eucaristía y realizar los demás actos conventuales. Así se identificaban con Jesús, el cual estuvo encarcelado la noche antes de morir en la Cruz”.
El objetivo central de las Órdenes Redentoras es cooperar con la obra redentora de Cristo, especialmente mediante el servicio a quienes sufren persecución, pobreza, encarcelamiento, exclusión social o ignorancia religiosa.
Estas congregaciones se dedican a tareas como:
Estas Órdenes Redentoras llevan a cabo su misión a través de comunidades religiosas organizadas que viven en pobreza, castidad y obediencia, y se insertan en contextos concretos de sufrimiento humano.
Su labor incluye:
Son tres las Órdenes Redentoras más antiguas y más conocidas con este carisma:
Es importante destacar que las Órdenes Redentoras han actualizado su misión según las necesidades del mundo moderno, por lo que hoy, su carisma sigue vivo en contextos de pobreza, marginación, violencia y esclavitud contemporánea.
Así, estas órdenes son aún un signo profético de libertad, esperanza y misericordia, por lo que su mensaje se mantiene vigente debido a que millones de personas viven bajo nuevas formas de esclavitud y exclusión.
De este modo, estas congregaciones, fieles a su carisma original, reafirman que la redención es actual y necesaria, y que la misión de Cristo Redentor continúa a través de sus discípulos y discípulas, religiosos y laicos, en todos los rincones del mundo.
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