Este sábado 23 de abril, un gran número de hombres católicos de diferentes iglesias de Madrid se reunirán en la Plaza de la Villa para rezar el “Rosario de hombres”, a fin de pedir a Jesús, a María y a san José por las grandes amenazas que afronta la masculinidad en el presente.
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La novedosa iniciativa, que reúne mes tras mes a miles de asistentes en las calles de Polonia o Irlanda, lleva por nombre el “Rosario de Hombres” (Męski Różaniec, en polaco), y surgió a raíz de los que varios hombres comenzaron a rezar por la conversión y la virilidad de Polonia, con miles de seguidores en todo el país.
Ricardo Martín de Almagro, uno de los organizadores del apostolado en Madrid, explicó a Religión en Libertad que esta iniciativa pretende “defender la fe en tiempos hostiles hacia la cruz”, pero especialmente, quiere hacerlo desde una clamorosa necesidad propiamente masculina.
“Los hombres sufrimos males particulares: la pérdida de la capacidad de entrega, el egoísmo, la pornografía, la falsa solución del aborto para evitar la responsabilidad de la paternidad, la masculinización de la mujer o la feminización del varón”, señala.
Martín Almagro señaló que estos males que sufren los hombres dañan al conjunto de la sociedad y asolan las esferas más íntimas de los varones, razón por la cual se ha convocado al rezo del “Rosario de hombres” en Madrid: “para que los hombres volvamos a ser hombres, porque sólo así podremos llevar a cabo la misión que tenemos en la Tierra, que es servir a Dios”.
Asimismo, explicó que con el “Rosario de hombres” se pretende hacer un llamado de atención a los varones para examinar las propias debilidades y pedir ayuda a Jesucristo, a la Virgen María y a San José para afrontarlas”.
“Solo así -añade-, podremos labrar una nueva España, con familias cuyo centro sea la Fe que padres y madres leguen a su descendencia”.
Para Martín Almagro la fe y la oración pueden practicarse en entornos privados, pero también en espacios públicos. “Ya está bien de encerrar la fe entre cuatro paredes. Debemos conseguir que la profesión pública de nuestra fe sea habitual en las vías públicas.
Señaló que la fe se acrecienta cuando se comparte, de ahí el motivo de que este Rosario se rece a plena luz del sol. Si dejamos que el secularismo sea dogma público, los creyentes nos veremos cada vez más aislados y la llama de la fe irá menguando al no ejercitarla ni compartirla.
Con información de Religión en Libertad
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