El Papa emérito Benedicto XVI ama a los gatos, fue el orgulloso cuidado de varios en su natal Alemania, entre ellos el más famoso fue Chico, un gato doméstico que para el momento en que él ya era Papa emérito vivía en la casa del Pontífice en la ciudad de Tübingen, Alemania.
Chico, era atendido por el cuidador de la residencia privada del Papa y por Agnes Heindl, quien fue ama de llaves del hermano del Papa, el padre Georg Ratzinger.
De hecho se conoce que mientras crecía en su natal Alemania, la familia Ratzinger siempre tuvo gatos, y de ahí creció la afición del Pontífice por ellos.
La autora italiana Jeanne Perego partió de la relación del Papa con el gato Chico para escribir un libro para niños, se trata de “Joseph y Chico. La vida del Papa Benedicto XVI contada por un gato”.
De acuerdo con la agencia Reuters, en el libro para niños el gato cuenta la historia de vida de su mejor amigo, Joseph Ratzinger, desde su nacimiento en Alemania, en 1927, sus días como hombre joven, sacerdote, obispo y cardenal. Y termina con su elección como Papa, el 19 de abril de 2005.
Relata la era nazi en Alemania, cuando el Papa era un adolescente, describiendo los años de la guerra como “uno de los tiempos más dramáticos y vergonzosos de la historia del hombre”.
“En ese tiempo, Joseph se vio forzado a hacer algo que estaba absolutamente en contra de su voluntad: unirse al Ejército e ir a la guerra. Nosotros, los gatos, no peleamos en la guerra”, dice Chico en el libro.
Y cuenta como cada vez que el entonces cardenal Ratzinger regresaba a Alemania para unas vacaciones, corría hacia su casa y se sentaba en su regazo mientras el ahora Pontífice tocaba el piano.
El libro tiene el prólogo del secretario personal del Papa, monseñor Georg Ganswein, y es considerado una biografía autorizada.
También se conocen otros detalles del cariño que el Papa Benedicto XVI tiene por los gatos.
En una ocasión el Cardenal Tarcisio Bertone, quien fue Secretario de Estado de la Santa Sede durante el Pontificado de Benedicto XVI relató cómo era la relación del ahora Papa Emérito con estos animales.
“Cada vez que se encuentra a un gato le habla, a veces por largo tiempo. Y el gato suele seguirlo. Una vez 10 gatos lo siguieron al interior del Vaticano y uno de los guardias suizos intervino y le dijo: ‘Mire Eminencia, los gatos están invadiendo la Santa Sede”.
Otra conocida escena de Benedicto XVI y su afición por los gatos ocurrió en 2010 cuando visitó Reino Unido.
Ahí conoció a Pushkin, un gato negro que pertenecía al padre Anton Gusiel y que vivía en el Oratorio de Birmingham.
El encuentro ocurrió 19 de septiembre de 2010 cuando el Pontífice visitó la iglesia fundada por el cardenal John Henry Newman, beatificado ese día.
Después Pushkin se volvió una estrella. De acuerdo con la BBC, su dueño recibió cartas de gente de todo el mundo que mostraba su admiración por el gato que había saludado al Papa y le contaban sobre sus propias mascotas.
Incluso el sacerdote Gusiel publicó un libro de los encuentros que Pushkin tuvo con el Pontífice y conocidos personajes de la política de Reino Unido, cuyas ganancias fueron para el Oratorio.
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