Casi dos millones de personas afiliadas a los Caballeros de Colón que se encuentran en varios países, celebran que la Santa Sede haya anunciado la aprobación de un milagro realizado por Dios mediante la intercesión del Padre Michael McGivney, quien fundó este movimiento laical en 1882, y cuyo carisma es ayudar a difundir la fe, apoyar a la Iglesia y ayudar a las viudas, los migrantes y a la gente necesitada.
El señor William Olivera, Coordinador en México de los Caballeros de Colón, entrevistado por Desde la fe, dijo que “el anuncio del Vaticano se dio en momentos muy significativos para el mundo debido a que la caridad es una virtud necesaria en estos tiempos de pandemia, en los que uno tiene que estar al pendiente de las necesidades de sus vecinos y de su entorno; no dejarlos solos, como lo deseaba el Padre McGivney cuando fundó los Caballeros de Colón”.
Explicó que en las cinco jurisdicciones que esta agrupación tiene en todo el país, en los consejos parroquiales se realizan actividades de caridad, principalmente en materia de alimentación y entrega de despensas, para ayudar a las personas que a causa del COVID-19, enfrentan problemas de todo tipo, con un sentimiento de fraternidad y unidad.
Por su parte, el Sr. Alonso Moreno, titular de la región del Occidente, comentó que en la República Mexicana hay unos 25 mil Caballeros de Colón, que están prestando ayuda en orfanatos y asilos, entre otras actividades, y destacó que el anuncio de la beatificación de su fundador los tomó a todos por sorpresa.
El milagro que llevará a los altares al Padre McGivney tuvo lugar en el 2015, y está relacionado con la salud de un niño que en el vientre materno tenía problemas para nacer, de donde ellos confirman que esta agrupación debe poner especial énfasis en la defensa de la vida.
Este sacerdote nació en 1852 en Connecticut; fue hijo de migrantes irlandeses, siendo el primero de 13 hijos. Fue ordenado sacerdote en 1877, y destacó en su ministerio por ayudar a los migrantes y a las personas necesitadas.
El proceso de beatificación de este sacerdote estadounidense inició en 1997, en la Arquidiócesis de Hartford. Falleció el 14 de agosto de 1890. Al paso de los años, varias celebridades han sido Caballeros de Colón, entre ellos, el Cardenal William Joseph Levada, Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston.
Los Caballeros de Colón en México.
El 8 de septiembre de 1905, un grupo de ciudadanos de los Estados Unidos que vivían en México y que eran integrantes de los Caballeros de Colón, se organizaron para compartir los beneficios de esta Orden y comenzaron a sesionar en idioma inglés, razón por la que este grupo no prosperó tan rápidamente como se esperaba pues no todos los mexicanos hablaban el idioma. Este grupo recibió el número 1050, en el folio de afiliación de los Caballeros de Colón y se hizo llamar “Consejo de Guadalupe”.
En 1910 comenzaron una nueva etapa cuando tradujeron los reglamentos y ritos de la Orden al castellano y con ello abrieron el camino para la afiliación de mexicanos. El primer Gran Caballero fue un militar, el General Juan B. Frisbie.
Este grupo, además, fue un contrapeso a la influencia que ejercían sobre las logias mexicanas las logias de Nueva York y Charleston; los Caballeros de Colón, fieles a la Iglesia, con principios de caridad, unión, fraternidad y patriotismo, estuvieron en el centro de un torbellino que derivó en la Revolución Mexicana.
A pesar de los difíciles días que se vivieron entre 1010 y 1921, los Caballeros de Colón tuvieron entre sus miembros a las personas más influyentes del país: el Lic. Ignacio Sepúlveda, Enrique Carral, P. C. Clifford, E.J. McMahon. E.W. Tours, Rafael Ceniceros y Villareal, Ing. Manuel Marroquín y Rivera, Eusebio Gayosso, Ing. Jesús Galindo y Villa, Ing. Darío Ibargüengoitia, Arq. Federico Mariscal, Ignacio Armida, Arturo J. Braniff, Eduardo Carstensen, Julio Jiménez Rueda, Juan B. Iguíniz, Lic. Mariano Alcocer, y Jorge Núñez Prida, entre otros.
A partir de 1913, fecha especialmente violenta en México y que culminó con el fusilamiento del Presidente Madero y el Vicepresidente Pino Suárez, los Caballeros de Colón comenzaron a editar la revista Columbus para difundir sus principios básicos.
A pesar del clima hostil, los Caballeros de Colón fundaron en 1919 en Puebla el segundo Consejo de esta agrupación, y luego uno más, en Pachuca, Hidalgo, donde había una comunidad de profesionistas y ciudadanos ingleses.
Los Caballeros de Colón tienen varios santos: sacerdotes y laicos mexicanos que fueron elevados a los altares por Juan Pablo II, entre ellos: los sacerdotes Pedro de Jesús Maldonado, José María Robles, Rodrigo Aguilar Alemán, Miguel de la Mora, Luis Bátiz Sáinz, Mateo Correa Magallanes; el Padre José Trinidad Rangel Montaño de León, Guanajuato y el padre Andrés Solá Molist, que pertenecieron a los Consejos de los Caballeros de Colón registrados con los números 2484 y 1963, respectivamente. También formó parte de los Caballeros de Colón, Mons. Rafael Guízar y Valencia, quinto obispo de Veracruz.
El papel que desempeñaron estos sacerdotes como clérigos y capellanes de Caballeros de Colón, siempre estuvo apegado al principio del deber moral, a la no violencia, al cumplimiento del orden sacerdotal y el amor a los fieles entre quienes permanecieron aun bajo las circunstancias más adversas.
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