El organista Víctor Urbán ha cumplido el sueño de muchos músicos católicos: hacer más de 70 giras internacionales, y además tocar dos veces en la Basílica de San Pedro. Pero su verdadero anhelo es cumplir el deseo que el Papa Pablo VI le expresó: mejorar el estado de la música sacra en México.
El maestro Víctor Urbán es el encargado principal del órgano más grande y potente de América Latina: el Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), que es su compañero y amigo, pues lo conoce desde su instalación hace 60 años, cuando era apenas un estudiante.
De acuerdo con Urbán, la música sacra es el corazón del órgano de tubos. Desde el siglo XIII, la Iglesia católica aceptó el órgano como su instrumento principal: el Concilio Vaticano Segundo, en su capítulo sexto dice “téngase en gran estima al órgano de tubos porque eleva el espíritu de los fieles”.
El rescate de este patrimonio religioso es la prioridad de Urbán desde diciembre de 1958, cuando fue invitado a dar un concierto en el Instituto Pontificio de Música Sacra, en el Vaticano. En esa ocasión, el Papa invitó al músico y a su hermano a una audiencia especial.
“Me preguntó por el estado de la música sacra en México. Le dije que se había olvidado. Él me miró profundamente, me apretó la mano y me dijo ‘No te preocupes, esto va a mejorar’”, recuerda.
Años después, los hermanos Urbán llegaron a la conclusión de que si la situación de la música sacra no mejoraba, era porque nadie hacía nada. Por ello, en 1990, decidieron fundar la Escuela Superior Diocesana de Música Sacra de Toluca.
“La fundamos para cumplir lo que nos dijo el Papa Pablo VI. Estoy seguro que la verdadera música sacra va a resucitar, aunque a mí ya no me toque verlo”, señala.
Cuando el Papa Juan Pablo II visitó México por primera vez, el cantante y actor Pedro Vargas, “El Tenor de las Américas”, le llamó al maestro Urbán para que tocara el acompañamiento de un concierto privado que le ofrecería a su Santidad. Vargas temía que el organista no aceptara, pues se trataba de un concierto sin paga. “¡Claro que acepto! Es más, yo pago por tocar para el Papa”, dijo.
La cita fue en la Delegación Apostólica a las 5 de la mañana y el concierto sería a las 7. Cuando Vargas y el maestro Urbán se encontraban ensayando en la capilla, sintieron que alguien los observaba.
“Volteo y, a menos de un metro de distancia, estaba parado el Papa Juan Pablo. Sin guardias de seguridad ni nadie más. Sólo mirándonos y sonriendo. Fue una impresión tan bonita que aún sueño con ello”, recuerda con alegría.
Víctor Urbán recuerda con gran cariño a su maestro Jesús Estrada, quien por más de 21 años fue su gran mentor.
Estrada fue organista titular de la Catedral y posteriormente ocupó ese mismo puesto en el Auditorio.
De acuerdo con Urbán, la música sacra también debe mucho al reconocido músico, pues fue él quien promovió ante las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que se instalara el Órgano Monumental, que finalmente se inauguró el 23 de noviembre de 1958 y del que después Urbán se volvería custodio.
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