Luego de participar en la Cantamisa del recién ordenado Jacob Manuel Romero Piña en la Parroquia Nuestra Señora de Aparecida de Brasil, la soprano Alejandra Larraza y los tenores Alan Pingarrón y Sergio Adriano, acompañados del mismo párroco, improvisaron una canción en italiano que dejó a todos boquiabiertos.
Durante la cena que se realizó este domingo 9 de julio, luego de que concluyera la que fue su primera celebración Eucarística, el sacerdote Romero Piña y Alan Pingarrón, empezaron a entonar las estrofas de la famosa canción O Sole Mio, ante la mirada de los invitados y personal presente en la reunión.
De inmediato Alejandra Larraza y Sergio Adriano se integraron con sus potentes voces para formar un magnífico cuarteto que captó aún más la atención de las personas reunidas en el lugar, y las hizo vibrar de emoción.
“Estaban ahí porque ellos y otros amigos me hicieron el favor de cantar y acompañar la celebración litúrgica de mi primera Misa”, señaló posteriormente el neopresbítero Romero Piña, quien fuera ordenado sacerdote el pasado 29 de junio en la Basílica de Guadalupe por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México.
El padre Jacob Manuel calificó como muy especial y significativo el hecho de que su Cantamisa se haya realizado en la Parroquia de Nuestra Señora Aparecida de Brasil, ya que fue ahí donde tomó la decisión de recibir la ordenación religiosa e inscribirse en el Seminario Conciliar de México.
“La emoción que imperó durante mi primera Misa fue la alegría de compartir con la comunidad que en algún momento me llevó al Seminario Conciliar de México. Ahí en la Aparecida de Brasil fue donde tomé la decisión de ir, mientras trabajaba en aquel tiempo con el padre Francisco Chipriani como músico, y celebrar ahí mi primera Eucaristía era además muy significativo”, sostuvo.
El neopresbítero recordó que la amistad con la soprano Alejandra Larraza y los tenores Alan Pingarrón y Sergio Adriano se dio justo en esa Parroquia en la que ofrecieron constantes conciertos, por lo que la presencia de sus amigos le permitió recordar su historia personal.
“Justo al hacer el ensayo para la música de la celebración recordábamos la cantidad importante de experiencias que nos vincularon a la fe mediante la música. Fue para mí muy significativo que no sólo me acompañaron en mi caminar en el aspecto musical, sino también en esta celebración”, subrayó el padre Romero Piña.
Durante su adolescencia, el padre Jacob Manuel tomó el camino de la música y alcanzó un desarrollo en el medio artístico, pero siempre se mantuvo vinculado a la vida parroquial.
Luego de recibir el llamado de Dios, ingresó al Seminario, pero inicialmente sólo estuvo año y medio, ahí y decidió salir para despejar algunas dudas. De esta manera retomó su formación musical y cantó en una ópera en el Festival Internacional Cervantino.
Luego de vivir esa y otras experiencias, retomó su formación sacerdotal: “Después de vivirlo supe que eso era pasajero y que sólo el servicio a Dios daba plenitud a mi vida”.
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