La Escuela de Enfermeras de Guadalupe es una obra social que en 1964 emprendió monseñor Guillermo Schulemburg, entonces Abad de la Basílica de Guadalupe, con la idea de que las alumnas pudieran brindar atención de calidad a los peregrinos que acudían a visitar a la Morenita del Tepeyac. Actualmente la obra está a cargo de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, y su objetivo ya no es atender visitantes, sino brindar atención en diversos hospitales.
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Hoy la escuela es mixta y sigue el plan de estudios de la carrera de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, pero ofrece un plus en la formación de sus alumnos: los valores cristianos en el trato y la atención de pacientes y familiares.
Eso “marca una gran diferencia en comparación con estudiantes de otras escuelas”, afirma la madre Hortencia Pulido Durán, directora general de la escuela, quien se siente orgullosa por el desempeño de sus alumnos, a quienes en instituciones de salud públicas y privadas se les conoce como las Lupitas o los Lupitos.
El maestro Juan Carlos Pérez González, responsable de la Dirección Técnica de la escuela, asegura que la axiología y la bioética son un punto central en la educación del alumnado, de manera que están preparados para enfrentar situaciones dramáticas sin perder el tacto y la calidez humana necesaria.
“En la escuela hacemos jornadas de bioética –explica–, en las que los alumnos comparten sus puntos de vista con una abogada, un filósofo y una religiosa, a fin de enriquecer la reflexión sobre cuestiones delicadas de la vida: situaciones dolorosas relacionadas con niños devastados por el cáncer, trato a criminales”.
“Tenemos, asimismo, una materia llamada Interculturalidad –refiere Pérez González–, cuyo fin es profesionalizar a los alumnos en cuanto al trato a nuestros hermanos migrantes, a través del entendimiento de sus creencias, prácticas, costumbres y demás”.
En 2016, la Basílica de Guadalupe entregó la administración de la escuela de enfermería a las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, una de las primeras congregaciones mexicanas, y los alumnos quedaron al margen de la obligación que tenían de atender a los peregrinos.
Sin embargo, ahora realizan otro tipo de labores, ya que a la par de su trabajo en instituciones de salud de todo el país, también brindan servicio comunitario en en comunidades necesitadas.
“De hecho –explica Elvia Azcárraga, encargada de la Coordinación de Calidad de la escuela –, esta labor ha hecho necesario agregar al plan de estudios materias como Sociedad y Salud, Salud Colectiva, Educación para la Salud, y otras directamente relacionadas con el trabajo comunitario”.
Finalmente, la madre Hortencia Pulido Durán asegura que la labor más importante que la escuela realiza es ayudar a la salvación de las almas.
“Sabemos que en el tipo de atención que brindemos puede haber una trascendencia; no sólo se trata de curar heridas, sino de intentar repercutir en las conductas a través de nuestro testimonio de amor y servicio”. Esta institución se encuentra en Plaza San Lorenzo, número 13, colonia Tepeyac Insurgentes, muy cerca de la Basílica de Guadalupe.
La escuela solicita donativos para dar becas a personas interesadas en estudiar enfermería.
Así como para costear material de curación para comunidades de Chiapas y otras entidades a las que dan atención.
Para ayudarlos, contáctalos a los teléfonos 5781-1104 y 5748-0137 o en su sitio www.eeg.edu.mx
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