Historias de Fe

Entre libros y yoga: así vive Don Manuel, el alumno más sabio de la primaria con 91 años

El calendario le recuerda que está a punto de cumplir 92 años, pero don Manuel Valerio Martínez conserva la energía de quien aún tiene mucho por vivir. Su ejemplo trasciende en la comunidad de San Bartolo Atepehuacán, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, pues, a su edad, decidió retomar sus estudios y terminar la primaria.

“Siempre me gustó estudiar. En Michoacán iba a una escuela de monjitas, pero era de paga. Mi mamá limpiaba casas y le pagaban un peso al día, y con eso cubría la escuela. Ya no pude seguir porque subió la colegiatura, y mi madre no quería que estudiara en la escuela del gobierno; acababa de pasar la Guerra Cristera y, la verdad, nadie quería al gobierno en el pueblo, y menos mi mamá, que era muy católica”, recuerda entre risas, con la claridad y el humor que lo caracterizan.

A sus 91 años, Don Manuel Valerio Martínez sigue estudiando, demostrando que la edad no es un límite para aprender. Foto Luis Aldana/DLF

Una lección de vida

Decidió retomar la educación primaria motivado por el deseo de aprender y mantener su mente activa. “Hace como un mes que hice mi primer examen de Lenguaje, saqué ocho, me dijo el maestro. Ahora estoy con el libro de literatura, me cuesta mucho trabajo, pero sigo adelante”, comenta orgulloso de cada logro académico.

La suya es también una lección sobre la vejez, etapa que para muchos representa un tiempo de fragilidad o de pausa, pero que Don Manuel asume como una oportunidad para crecer, aprender y compartir experiencia. Para él, llegar a la ancianidad no significa renunciar a los sueños, sino adaptarlos y vivirlos con más sabiduría y paciencia.

Además, don Manuel se mantiene activo físicamente, pues practica yoga en silla, al menos tres veces a la semana y se ocupa de sus mascotas. Está convencido de que el movimiento es clave para la salud y la lucidez. “La actividad es lo que lo mantiene a uno. Porque si se sienta uno, pues se entume”, asegura.

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Nunca es tarde para vivir plenamente: Don Manuel Valerio Martínez inspira con su energía y alegría. Foto: Luis Aldana/DLF

Cómo llegó a la Ciudad de México

Originario de Michoacán, llegó a la Ciudad de México tras una decepción amorosa. Sin embargo, el destino le tenía preparado otro camino, pues aquí encontró al amor de su vida, con quien ha compartido más de 63 años de matrimonio. Juntos formaron una familia que hoy incluye una hija, tres nietos y bisnietos. “Aún tengo muchas ganas de vivir”, dice con una sonrisa que ilumina su mirada.

Su vida ha estado marcada por la actividad constante y la resiliencia. En Michoacán trabajó como campesino, machetero, y al llegar a la capital se convirtió en vendedor, comerciante, mesero y cantinero. Finalmente, abrió su propia lonchería, negocio que manejó al lado de su esposa durante más de cinco décadas, el cual llegó a su fin durante la pandemia.

Sobre su trayectoria, recuerda con orgullo “Sí, así ha sido mi vida… trabajé de todo, vendí fruta, fui mesero, manejé negocios, y siempre buscando salir adelante”. Cada trabajo, cada reto, cada caída, e incluso los asaltos y las parrandas, le enseñaron lecciones de perseverancia, esfuerzo y resiliencia, moldeando su carácter y su forma de enfrentar la vida.

Su historia recuerda a todos los adultos mayores que la vejez puede ser una etapa plena, activa y significativa. Foto: Luis Aldana/DLF

La vejez, una etapa serena y feliz

No obstante, más allá del esfuerzo físico y académico, Don Manuel vive la vejez con serenidad y aceptación. Ha cuidado de su esposa durante años y enfrenta con tranquilidad la etapa final de la vida. “Todo tiene un fin… estoy consciente del final de ella y del mío, pero seguimos viviendo con alegría y agradecimiento. Me preparo viviendo con gratitud, cuidando mi salud y manteniéndome activo. Lo importante es dejar la vida con satisfacción, sin arrepentimientos, y valorar cada día que Dios nos da”, comparte.

La historia de don Manuel se convierte en una lección de que la vejez puede ser una etapa plena, activa y significativa. No se trata solo de acumular años, sino de mantener la mente despierta, el cuerpo en movimiento y el corazón abierto a nuevas experiencias. “Cada día representa una oportunidad para aprender, compartir conocimientos y vivir con propósito”, finaliza.

Cynthia Fabila L.

Periodista con más de 20 años de trayectoria, titulada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. A lo largo de su carrera ha colaborado en reconocidos medios nacionales como Milenio, El Gráfico de El Universal, Revista Alto Nivel y Desde la fe, entre otros. Su trabajo se ha enfocado en temas sociales, culturales y de interés humano, con un compromiso constante por informar con profundidad y sensibilidad.

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