Desde que iba en la secundaria, el sacerdote Jesús Salinas, conocido con el apodo de “padre Pato”, descubrió que podía hablar como el famoso pato Donald y que no sólo podía divertir a sus amigos, sino que podía llevar a los niños el Evangelio y regalarles un momento de felicidad.
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“Me siento en deuda con Dios, porque tuve la bendición de tener una infancia muy bonita y feliz. Desde que era adolescente no puedo creer que un niño no pueda gozar de su infancia, no vaya a la escuela, o viva cosas muy fuertes; por ello decidí que mi principal misión sería trabajar para los niños”, asegura el presbítero originario de la Diócesis de Ciudad Juárez y vicario de la Parroquia del Señor de la Misericordia.
“Desde que descubrí mi don de hablar como pato, fui la variedad de mis amigos, lo cual me acompañó hasta el seminario. Ahí mi familia o amigos me iban a buscar y preguntaban por Jesús Salinas, pero les respondían que no había ningún seminarista con ese nombre y no me localizaban, porque me conocían como Pato”, recuerda con alegría el sacerdote juarense.
La comunidad conocía de su habilidad, así que lo invitaron a participar en el Congreso Diocesano Infantil, en noviembre de 2019, que se celebra anualmente en la diócesis desde hace cinco años. El reto comenzó, tenía que entretener a más de 2,000 niños y hablarles de la importancia de la comunión, de Dios y de la familia, así que pato “comenzó a agarrar cuerpo y nombre”, asegura el padre Jesús.
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Unas semanas antes del Congreso, se le ocurrió la idea de poner en práctica su don a través de una marioneta, la cual mandó a hacer. Tuvo que entrenar mucho para que no se viera el movimiento de sus labios cuando Pato “cobrara vida”; sin embargo, le faltaba ponerle nombre.
“Le llamé Raúl en honor a mi padrino de ordenación. Él me enseñó la importancia del Sacramento de la orden sacerdotal y me llamaba la atención de manera muy peculiar. Murió muy joven, hace apenas dos años y creo que el Pato Raúl tiene un poco de su carácter”, recuerda.
A pesar de que el Pato Raúl fue un éxito con los niños, volvió al baúl momentáneamente hasta el primer mes de aislamiento por la pandemia de coronavirus.
“Vi que todo el mundo estaba preocupado por un millón de cosas, pero ¿a los niños quién les hacía caso? Saqué a Pato y junto con Jesús Ortiz, coordinador de catequesis de la parroquia, decidimos hacer cápsulas catequéticas para niños. Al paso de los días nos animamos a hacer un programa en vivo, de lunes a viernes a las 17:30, a través de la página de Facebook de la parroquia”.
De esta manera, este trío han acompañado a los niños, no sólo para enseñarles el Evangelio, sino para ayudarles a las familias a enfrentar la pérdida de un ser querido.
“No sé si ha sido un éxito o no, pero lo que sí sé es que ha sido un espacio que han aprovechado los niños para conocer a Dios, para expresar sus inquietudes y encontrar en el Pato Raúl, en Jesús -el catequista- y en mí, a tres amigos”, asegura el padre Jesús Salinas.
Los niños han dado muestras de su generosidad en incontables ocasiones. Un día, durante un programa, Pato dijo que le encantaba el atún, al día siguiente le llovieron latas y sobres de atún. Estas despensas se entregan a familias que las necesitan. Tampoco le falta ropa, pues como los pequeños saben que es aficionado al equipo de futbol Cruz Azul le procuran camisetas a su talla.
“Yo doy servicio espiritual a los enfermos de COVID-19 a los hospitales, por ello les pedí en un programa a los niños que escribieran cartas para mandarle ánimo al personal de salud que ayuda a las personas con coronavirus. Me llegaron muchísimas cartas y todas fueron entregadas y leídas. Los niños son muy generosos y a través de ellos Dios se hace presente”, señala el vicario.
“Me gustaría que los papás hicieran todo lo posible por proveer de cariño a sus hijos y no los priven de conocer a Dios, porque ese es un derecho que los niños tienen. Todas las personas de este planeta debemos procurar el bienestar y la felicidad de los pequeños, porque ahí es donde se va gestando el amor a Dios, al prójimo y los valores; ellos son el semillero para poder cambiar a la humanidad”.
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