Historias de Fe

De monaguillo a policía: La historia del oficial Jimmy Vázquez

Para el oficial Jimmy Vázquez, hispano de raíces mexicanas, servir como monaguillo en la Iglesia Católica le cambió la vida, pero ahora no se reviste más con la sotana, sino con un chaleco antibalas.

Nació en el estado de California en la ciudad de Orange. Tiene 28 años. Es paramédico graduado y oficial de policía en la ciudad de Bixby, en el estado de Oklahoma en Estados Unidos.

En su trabajo su fe católica lo acompaña, sin embargo, no es una labor sencilla. Por si muere en el cumplimiento de su deber ya tiene cartas escritas para su familia. “Es lo más difícil que he hecho en mi vida”.

¿Cuáles son los retos que un policía hispano tiene en Estados Unidos?  En entrevista habla de este tema y recuerda con amor, su vida de monaguillo y cómo sus principios y valores le fueron inculcados en el servicio del altar y en una comunidad parroquial

Por si muere en el cumplimiento de su deber ya tiene cartas escritas para su familia. Foto: Chucho Picón / Desde la fe

¿Cuáles crees que son los talentos que Dios te ha dado?

Siento que no tengo muchos. Me gusta la música, quiero empezar a tocar el teclado y también estoy leyendo mucho. Además, por 12 años estuve en el ballet folclórico de la iglesia, pero ahora con la familia, con mi hija y el trabajo es un poco complicado, pero extraño el baile.

¿Qué otras cosas te llamaban la atención de la Iglesia y en las que tú participabas?

Al principio iba por mi mamá, que siempre ha pertenecido a la Iglesia, pero a mí no me gustaba ir cuando era niño. Cuando crecí conocí al padre Briones, fue él quien me puso de monaguillo, y poco a poco me involucre, primero como monaguillo, después en el grupo juvenil, en donde tuve muchas oportunidades de expresarme y, al crecer, prácticamente vivía en la iglesia, porque me gustaba participar en todo y ayudar.

Estar en la iglesia me hacía sentir lleno de alegría porque podía dar un servicio y tener amistades que me hacían feliz. Aunque me haya ausentado de las actividades de la iglesia, siempre que vuelvo soy bien recibido. He pasado por tiempos difíciles y ahí siempre me he sentido bien.

En la Iglesia aprendí a saber quién quiero ser. Me interesé por la Biblia, palabra que no conocía mucho hasta que estuve ahí. Poco a poco he crecido en mi fe.

¿Recuerdas tu servicio en el altar?

Yo era el encargado, el ceremoniero, y me gustaba hacer de todo. También enseñaba a los niños y sentía que de verdad servía en la misa y practicaba mucho para ello.

En una ocasión viajé con el padre Briones a Perote, Veracruz, a Guadalajara, Ciudad de México, San Luis Potosí y conocí muchas iglesias con historia.

Quiero volver de lleno a la Iglesia, pero por mi trabajo es complicado. Pero me gusta mucho servir.

Dios te puso en otras misiones, como paramédico y policía.

Siempre quise ser policía, era mi sueño. Cuando veía las películas de acción, quería ser como ellos. Pasó el tiempo y mi mamá no quería porque tenía miedo a los policías. Por su estatus, ella ha pasado por diferentes situaciones y puse una pausa a ese sueño. No sabía realmente qué hacer con mi vida.

En uno de mis trabajos había un enfermero y me pareció algo bueno. Hablé con él y me dio más información. Le dije que me mostrara lo que hacía y decidí que eso era lo que quería y comencé con las clases.

Después apliqué para la escuela de enfermería. Hice solicitud en cuatro escuelas y me aceptaron y eso me hizo sentir muy bien. Empecé la escuela en Tulsa y me gustó aunque era muy difícil, tanto, que lloré por tanta información que recibía, pues se trata de la vida de las personas.

Me da gusto ver poco a poco más hispanos trabajando en el hospital. Al principio, cuando iban hispanos, yo no quería ayudar a traducir porque decía que no me iban a pagar, pero cambié mi actitud y ahora ayudo lo más que puedo, a cualquier persona hispana. Me acerco a ellos y veo si los están atendiendo. Me siento muy orgulloso de hacer eso, pero no quiero recibir elogios por eso, porque es parte de mi trabajo.

“Mi trabajo es complicado. Pero me gusta mucho servir.” Foto: Departamento de policía de Bixby / Desde la fe

¿Cómo enfermero te tocó vivir la situación difícil de la pandemia?

Sí. Estaba en el departamento de emergencias y me tocaba entrar con todos los pacientes. Al principio muchos de ellos se morían, 8 o 10 personas por turno. Cuando empezó el covid nosotros nos teníamos que proteger. Fue una etapa muy triste porque vimos a mucha gente morir; la muerte se volvió una costumbre.

¿Cómo enfermero has visto el daño que causan las drogas en los jóvenes?

Sí. La droga no tiene una edad, daña a cualquiera. Muchas veces llegan con sobredosis, hasta de pastillas que tienen en casa. Para rescatarlos los protocolos son diferentes, dependiendo de la droga. Como policía me gusta sacar las drogas de la calle porque he visto el daño que causan.

Por ejemplo, hace poco atendí una llamada en dónde reportaban a una mamá de 29 años que se había inyectado heroína y su hijo, de diez años, la encontró muerta. A nosotros solo nos corresponde dar la atención necesaria, mientras llegan los paramédicos y, después, investigar para saber qué pasó.

¿Cuándo comienzas a notar que algo te faltaba, que tenías pendiente tu sueño de ser policía? 

En el departamento de emergencia trato con muchos policías. Un amigo de mi ex esposa es policía y en una ocasión nos fuimos de vacaciones en familia, nos hicimos amigos y me interesó más la profesión. Él me platicó cómo era el trabajo y lo que hacía.

El proceso fue largo y empezó en el 2021. Fueron entrevistas, exámenes, y en junio de este año me ofrecieron el trabajo por mi buen promedio. Ya en agosto próximo cumplo un año de ser policía.

Siempre nos vigilan y nos señalan los aciertos y los errores. Tenemos que manejar el estrés y la conducta. Constantemente somos grabados, así que mis errores son más públicos y pueden tener consecuencias. Muchos compañeros han cometido errores, pero no me toca juzgarlos porque no sé lo que sintieron en ese momento. Además, en este trabajo, me ayuda mucho el ser bilingüe y paramédico para brindar una mejor atención.

Me ha tocado someter personas por huir de nosotros y les tenemos que ponchar las llantas, por ejemplo. Mi trabajo no es matar a la gente, mi trabajo es ayudar, pero voy a hacer lo que tenga que hacer para llegar a mi casa, para ver a mis niñas, para ver a mi mamá.

¿Cuando llegas a una escena vas acompañado?

Dependiendo de la emergencia. Si hay algo muy sospechoso pido refuerzos. A una casa, por lo general, acudimos dos.

¿Has tenido que desenfundar tu arma?

“Yo voy con la idea de regresar a casa pero, si no pasa, quiero que sepan cuánto los quiero.” Foto: Departamento de policía de Bixby / Desde la fe

Sí. Una vez un sujeto en su casa, drogado, empezó a tirar y a mí me tocó descargar dos veces hasta que llegó el equipo especial y lo mató. Algo que aprendemos en la Academia, es que nunca sabes si vas a regresar a tu casa. Una vez que me pongo el uniforme, no sé si voy a regresar.

Ya tengo cartas escritas por si no regreso: para mis hijas, mi mamá, mi papá, mis hermanos, y es lo más difícil que he hecho en mi vida. Yo voy con la idea de regresar a casa pero, si no pasa, quiero que sepan cuánto los quiero.

Pienso renovar esas cartas, sobre todo la que está dirigida a mi hija mayor, porque quiero que sepa lo orgulloso que estoy de ella y le quiero recalcar que nunca pierda sus raíces.

También pienso en los mandamientos, en que uno de ellos es No matarás; es el pecado más grande que yo puedo cometer.

¿Estás listo para morir?

Sí.

Ya la escribiste a tus seres queridos, ¿a Dios qué le dirías?

Que me abra las puertas. Quizá no he sido el mejor católico, pero siempre me encomiendo a Él.

Leer más: El Papa pide a policías luchar contra el mal, la ilegalidad e impedir desórdenes

Chucho Picón

Licenciado en periodismo, tiene amplia experiencia como reportero, fotógrafo, editor de videos y social media. Apasionado de los drones. Actualmente estudia una Maestría en Comunicación Digital en la Universidad Anáhuac. Ha colaborado como reportero y social media en el periódico El Observador de la actualidad de México, el Despertador Hispano y como reportero externo en Detroit Catholic en Español. Ha colaborado con Aleteia, enviado a Nueva York, Filadelfia y en México para las visitas papales, así como enviado al V Encuentro de la Pastoral Hispana en Estados Unidos y en la JMJ de Panamá. Actualmente es reportero corresponsal en México y colabora también en el Social Media Management de Aleteia. Es el community manager de la Biblia Católica para Jóvenes. Colabora como voluntario en la producción en Tv Mensajeros de fe en la ciudad de Tulsa Oklahoma, en la parroquia de St Thomas More.

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