“Para mí nunca ha sido un tema el combinar la maternidad con el trabajo; creo que se pueden hacer ambas cosas si uno tiene bien claro lo que quiere para la familia y para el propio crecimiento personal y profesional”, considera Pammela Chorné, Directora de Control de Gestión y Proyectos de Tecnologías de la Información de una importante empresa internacional de cosméticos de belleza.
Ser directiva de una empresa transnacional representa grandes retos, y uno es que se requiere de tiempo; sin embargo, asegura que ha llegado a ese puesto gracias al apoyo de su familia y a una buena organización en los horarios.
“Perdí a mi mamá a los 19 años; eso fue un parteaguas en mi vida. Posteriormente, cuando mi esposo y yo decidimos embarazarnos, fue muy bonito; lo agobiante empezó al nacer mi hijo Juan Pablo. Aunque leí artículos sobre recién nacidos y maternidad, tenía mucha incertidumbre, porque no contaba con una figura materna cercana que me dijera y explicara lo que me esperaba”.
Pammela recuerda que los primeros meses fueron difíciles para la familia. Incluso, hubo personas que le sugirieron a ella que dejara su trabajo para concentrarse en la maternidad; pero fueron más las ganas de dar un buen ejemplo a su hijo que la tristeza de tener que dejarlo al cuidado de otras personas.
“Mi esposo ha sido parte de mi crecimiento profesional. Él también trabaja y se ocupa de los niños, pero necesitábamos a alguien para que los cuidara cuando nosotros no pudiéramos, así que encontré a Rita, la nana de mis hijos. Ella es parte de nuestra familia. Creo que mi mamá me la mandó como un ángel de la guarda para nosotros”, explica con emoción.
Considera que con la llegada de su segundo bebé todo fue más fácil; de hecho, hasta la fecha Pammela sigue yendo a festivales, juntas escolares y partidos de futbol de sus hijos.
“Mi esposo y yo nos organizamos para poder estar presentes. Afortunadamente en la empresa donde trabajo les interesa mucho el bienestar de sus empleados, y desde hace 13 años me han dado todas las facilidades como mamá, sobre todo cuando se trata de la salud de mis hijos”.
La ejecutiva piensa que las madres que trabajan no deben de sentir culpa por dejar a sus hijos al cuidado de otras personas. El secreto consiste en estar siempre al pendiente de los hijos, platicar y jugar bastante con ellos.
“En lo personal, no cambio el rol de mamá que trabaja. Es el mejor ejemplo que les puedo dar a mis hijos: luchar por lo que se quiere, ya que así lo obtienes”.
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