A sus 18 años, Baruc Chapa ha adquirido gran fama por rezar el Santo Rosario en TikTok. En sus TikTok-lives, que realiza todos los días a las 20:30 horas (tiempo de México) reúne regularmente entre 900 y mil 500 personas, pero ha habido días que se suman a la transmisión del rezo 3 mil, 4 mil o hasta 5 mil seguidores.
Pero, ¿cómo es que este joven, cuya familia no es católica practicante, se ha vuelto un apasionado del rezo del Rosario y un ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe?
Baruc nació hace 18 años en la ciudad de Monterrey; cuatro años más tarde, su hermanito Reyli llegó a completar la familia, misma que quedaría desintegrada en 2014, cuando su mamá decidió irse de la casa.
Aunque su padre se quedó a cargo de él y de su hermanito unos años más, finalmente también un día se le presentó la oportunidad de rehacer su vida, y al igual partió del hogar, dejándolos a cargo de su abuelita, la señora Dalma.
“Mis papás eran muy jóvenes cuando me tuvieron -explica Baruc-, y entre ellos comenzaron a presentarse problemas que yo no entendía, hasta que mi mamá se fue. A mis 10 años, eso fue un golpe muy duro. Y de ahí inició un cambio radical en mi vida”.
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“Mi mamá nos dejó un enero -agrega Baruc-, y en agosto comenzaron las escuelitas de verano de los no católicos; varios llamaban a la puerta para invitarnos a participar en sus talleres. Acudí entonces a una de esas iglesias”.
Sin embargo, Baruc pronto se dio cuenta de que los talleristas no creían en la Virgen María, y por lo tanto, de que no era la fe en la que había sido bautizado, así que le dijo a su abuelita que no iría más.
Entre las pláticas que sostenía con su abuelita sobre el tema, una vecina catequista lo escuchó y lo invitó a ir a la iglesia, donde comenzó la catequesis y se empezó a integrar a los grupos de adolescentes. En 2016, a los 12 de edad, hizo su Primera Comunión.
“Y es que no pude con el hecho de que en aquellas escuelitas de verano no creyeran en la Virgen María. Sentía que no le daban el merecido valor a mi Mamá, porque yo así le digo a Ella: Mamá. La Virgen sigue y seguirá siendo mi Madre y mentora”.
Baruc no escatima en halagos para su abuelita, quien siempre ha estado a su lado, y la considera su “pilar fuerte” en la vida, pues sin ella no habría podido salir adelante. Pero es consciente de que fue en la Iglesia donde halló lo que más necesitaba: a Dios, con quien empezó a encontrarse en el diario vivir.
Una vez familiarizado con la Iglesia, Baruc ingresó a la Acción Católica de la Juventud Mexicana, donde milita hasta la actualidad. A partir de su ingreso a dicho grupo, comenzó a crecer en él el deseo de viajar a la Ciudad de México para visitar la Basílica de Guadalupe y orar ante la Morenita del Tepeyac. “Aquí en Monterrey también hay una Basílica, y yo la veo muy bonita. Pero hay una gran diferencia: allá fue donde la Virgen se apareció”.
Fue en marzo de 2022 que su sueño se cumplió. “No puedo describir lo que sentí al ver tan de cerca a mi Mamá -dice Baruc-. Aunque sentí todo su amor, siempre uno se queda con ganas de más. Así que, si Dios me lo permite, volveré en septiembre para darle gracias por toda su ayuda y protección”.
Baruc es feliz rezando el Rosario en TikTok y cumpliendo con su misión evangelizadora en esta y otras redes sociales, cuyos seguidores para él son más bien “hermanos”, pues considera que no lo siguen a él, sino a Cristo.
Tras el acostumbrado rezo del Rosario en TikTok, Baruc suele leer los comentarios que los participantes le escriben, la mayoría de los cuales son de agradecimiento a Dios y a la Virgen.
En sus otras redes sociales, como Facebook, no faltan los comentarios negativos por su misión evangelizadora, de los cuáles él poco se acuerda. Tiene más presentes las palabras de disculpa que a veces le llegan a ofrecer, como una persona que le escribió: “Perdóname por lo que te escribí. Tengo a mi mamá enferma y quisiera pedirte que ores por ella”.
Baruc no suele eliminar seguidores de sus redes, ni por insultos, ni por críticas, ni por malas palabras. Y es que considera que si san Pablo, después de perseguir cristianos, atrajo a muchos al cristianismo; ahora por ahí, perdido entre los tantos usuarios de internet, pudiera haber otro “san Pablo” al que se le estaría aniquilando de un clic.
El estar en la Iglesia, le ayudó a Baruc a deshacerse del más mínimo rencor que pudiera haber tenido; tan así fue, que hace aproximadamente 4 años comenzó a buscar a su mamá, la encontró y reanudó su relación con ella. Actualmente, Baruc le marca una vez a la semana, pues le es difícil ir a visitarla.
Su papá lo visita a él cada ocho días en casa de su abuelita, además de que procura hablarle por teléfono con bastante frecuencia para saber cómo está. Actualmente, Baruc lleva con los dos una relación cordial.
“Ni mi mamá, ni mi papá, ni mi abuelita, ni mi hermano son personas que acostumbren ir a la Iglesia. No saben de lo que se pierden. Y por eso yo le pido a Dios que un día los traiga.
“Así le digo yo a la Virgen María: Mamá. La Virgen sigue y seguirá siendo siempre mi Madre y mentora”.
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