Historias de Fe

Así se convirtió este mexicano en el diácono “estrella” del Papa Francisco

El padre Orlando Augusto Porta López, sacerdote de la Parroquia San Gabriel Arcángel (Tacuba) recuerda con mucho agrado sus días al lado del Papa Francisco, etapa de su vida que llegó luego de que las circunstancias -y especialmente la pandemia-, lo llevaran a convertirse en su diácono de cabecera.

Ser un diácono de cabecera del Papa Francisco no es algo usual, pues para sus celebraciones, el Santo Padre ocupa el servicio de varios diáconos, y estos van cambiando de celebración en celebración.

Puedes leer: La historia del “bolerito” mexicano que conmovió al Papa Francisco

Ordenado diácono transitorio en 2018, Orlando Augusto hizo su solicitud para poder servir al Papa Francisco en la Misa del 2 de febrero de 2019, pidiendo además la oportunidad de cantar el Evangelio. Para ese día, todos los lugares ya estaban ocupados, pero se llevó una grata sorpresa al saber que lo habían agendado para el Miércoles de Ceniza de ese año.

“El encargado de los diáconos que cantan el Evangelio me hizo una prueba -platica-, y aceptó que cantara en esa celebración. Posteriormente, el Viernes Santo, junto con otros diáconos, canté “La Pasión”, y de ahí surgió una amistad con el encargado de los diáconos”.

El padre Orlando pertenece a la comunidad de los Cruzados de Cristo Rey, cuya casa en Roma queda muy cerca de a la Basílica de San Pedro. Por esa razón, lo llamaban a él para brindar sus servicios como diácono en las celebraciones del Papa Francisco cuando el aspirante en turno a cantar el Evangelio no convencía al Maestro de Ceremonias, o cuando algún diácono no llegaba.

Vigilia Pascual 2020. El entonces diácono Orlando Porta y el Papa Francisco.

Cómo la pandemia jugó a su favor

Así, tras haber tenido la oportunidad de estar con el Papa Francisco en varias celebraciones, en febrero de 2020 las autoridades sanitarias de Italia decretaron el confinamiento por la pandemia de Covid-19, y en la Santa Sede se discutía si el Santo Padre tendría celebraciones o no.

“A final de cuentas -explica el padre Orlando- decidieron que sí. Y aunque habría un aforo muy reducido y controlado, para mantener cierta dignidad en ellas se requería la participación de un diácono”.

Fue así que lo invitaron a él a ser durante toda la Semana Santa el único diácono al servicio del Santo Padre. Por supuesto que aceptó, y tuvo ante sí la inestimable oportunidad de conocer de cerca no sólo al Papa Francisco, “sino también a Jorge Mario Bergoglio”.

El Santo Padre Francisco, y el amigo Bergoglio

El padre Orlando Augusto señala que todo ser humano, ante distintas situaciones de la vida se comporta de formas diferentes; no por una cuestión de falsedad, sino porque las circunstancias precisan de comportamientos específicos: de seriedad ante lo serio; de alegría cuando es el caso, y así frente a cualquier situación.

“Pues lo mismo ocurre con el Papa Francisco: cuando debe tratar cuestiones serias de la Iglesia, se comparta de acuerdo con esa circunstancia. Pero cuando se encuentra con amigos o personas cercanas, muestra un lado muy cálido, tal vez desconocido para muchos: es el Jorge Mario Bergoglio amigo, buen pastor, cercanísimo a sus ovejas, que las conoce, les platica y les habla de forma muy sencilla y amena”.

Recuerda el padre Orlando que durante su estadía en Roma él procuraba hablar sólo en italiano, pues cuando se alternan idiomas a veces llegan a tropezarse las ideas. Y lo mismo hacía en sus conversaciones con el Santo Padre, quien de pronto quiso poner fin a esa costumbre. “En esa ocasión me dijo: ‘Bueno, ¿y tú y yo porque nos hablamos en italiano. Hablémonos en nuestro idioma’”.

Para el Papa Francisco -señala el padre Orlando- lo importante no era que se comunicaran en español, sino que se trataba de un detalle para hacerle sentir su cercanía. “Fue en realidad una manera de decirme: ‘Yo te conozco. Y somos cercanos porque vienes de por allá, de la región de donde yo vengo’. O como un modo de decirme: ‘Tú y yo tenemos cosas importantes en común’”.

El cariño del Papa por México

No es ningún secreto que el Papa Francisco guarda un cariño especial por nuestro país, pero a consideración del padre Orlando, ese cariño tiene que ver en gran medida con su amor a la Virgen de Guadalupe.

“En su pontificado -señala-, el Papa Francisco ha procurado que los 12 de diciembre se celebre una Santa Misa a la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro. No era costumbre hacerlo, porque no es parte viva de la tradición italiana. Eso comenzó por iniciativa de él, y algo más: en esas celebraciones no lee la homilía, sino que dice palabras para la Madre que le nacen del corazón”.

Pequeños grandes recuerdos con el Papa

El padre Orlando platica que una experiencia significativa que tuvo con el Papa Francisco se dio de manera paulatina: “Nos íbamos conociendo poco a poco, y aunque en un principio no sabía mi nombre, ya reconocía mi rostro. Así que cada vez que me veía, decía: ‘¡El diácono de la barba! ¡Nuevamente está con nosotros el diácono de la barba!’. Así era cada vez que me veía. Y una vez que no fui, preguntó por mí: ‘¿No vendrá hoy el diácono de la barba?’”.

Cuenta que al concluir su estadía en Roma, poco antes de regresar a México, se lo informó al Papa Francisco: “Santo Padre, en un par de semanas regreso a México”. Y el Papa Francisco le dijo algo muy breve. “¡Que Dios te bendiga, cuídate mucho!”.

El entonces diácono Orlando Porta, quien se hizo muy cercano al Papa Francisco. Foto: Vatican Media.

Lo importante para el padre Orlando fue que se lo dijo con una mirada que él ya había aprendido a reconocer: “Era una mirada como de aliento, y un saludo sincero, de un Papa que es padre y pastor y siente gusto por saludarte”.

Finalmente, el padre Orlando Augusto pide a todos los mexicanos pedir a Dios por la salud del Papa Francisco, sobre todo ahora que ha presentado algunos problemas en la rodilla, a fin de que pueda cumplir cabalmente con el ministerio que el Señor le ha encomendado, “y seguir acompañándonos durante mucho, mucho tiempo”.

*Orlando Augusto Porta López recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 2021 en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, por imposición de manos del Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México.

Vladimir Alcántara Flores

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.

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