No es raro que personalidades apartadas del mundo de la fe, al final de sus días eleven sus pensamientos hacia Dios tras vivir momentos de reflexión que los llevan a buscar el consuelo divino y la salvación de su alma.
Así sucedió con el gran dramaturgo francés Eugène Ionesco, quien en la última línea de su diario íntimo escribió: “Rezar, no sé a quién. Espero a Jesucristo”. O para no ir más lejos, el escritor e intelectual mexicano Luis González de Alba, en un mensaje final en sus redes sociales escribió: “…No me abandones. Salmo de David”, así como una liga al video de YouTube en el que el adolescente Michel Kohen canta en hebreo el Salmo 71 de la Biblia”:
“¡Oh, Dios!, que mi boca se llene de tu alabanza cada día,
de tu gloria y esplendor.
No, no me rechaces en tiempo de mi ancianidad,
cuando mis fuerzas se hayan acabado,
nunca me abandones”. (Fragmento cantado)
En el caso del afamado cantante y compositor jamaicano Robert Nesta Marley, mejor conocido como Bob Marley, experimentó una conversión al cristianismo ortodoxo que lo llevó a bautizarse, de acuerdo con lo que relató un misionero etíope en una entrevista publicada por el Gleaner’s Sunday Magazine el 25 de noviembre de 1984.
Abuna Yesehaq era el nombre de dicho misionero, quien llegó a Jamaica en los años 60 y comenzó a llevar una gran amistad con el llamado “Rey del Reggae”. Yesehaq declaró que “Bob Marley era de verdad un buen hermano, un hijo de Dios, independientemente de cómo la gente lo veía”.
Señaló asimismo que Bob Marley tenía el deseo de ser bautizado; sin embargo, había personas cercanas a él que lo controlaban y entretenían.
Abuna Yesehaq -quien al tiempo se convertiría en el líder de la Iglesia Ortodoxa en el hemisferio occidental-, vivió de cerca el itinerario de acercamiento a la fe de Bob, que tuvo lugar pocos meses antes de su desaparición.
Redemtion song, Bob Marley. 1980
“Recuerdo que una vez, mientras estaba celebrando la Misa, miré a Bob y las lágrimas le regaban el rostro”, señaló Abuna Yesehaq en dicha entrevista, y agregó:
“Muchas personas piensan que se bautizó porque sabía que se estaba muriendo, pero no fue ese el motivo. Lo hizo cuando ya no había presiones sobre él. Y cuando se bautizó, abrazó a su familia y lloraron, lloraron todos juntos durante una media hora”.
El bautismo de Bob Marley tuvo lugar el 4 de noviembre de 1980 en la Iglesia etíope en Nueva York, después de tres intentos fallidos -a causa de los rastas-, de bautizarlo en Kingston (Jamaica). Eligió el nombre de Berhane Selassie (La luz de la Trinidad).
Cinco días después Bob Marley fue transportado a un centro de tratamiento en Alemania, donde pasó su cumpleaños número 36. Tres meses más tarde, el 11 de mayo de 1981, murió en un hospital de Miami. Los funerales, celebrados el 21 de mayo de 1981, siguieron el rito ortodoxo, y fue sepultado junto a su Biblia y su guitarra Gibson.
Con información de Aleteia
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