La abuela que usó su cuerpo como escudo para salvar a su nieta de la explosión en Iztapalapa

Alicia Matías Teodoro, de 49 años, estaba cuidando a su nieta Azuleth, de dos años, la tarde del miércoles 10 de septiembre. Faltaban 10 minutos para terminar su horario laboral en una parada de autobuses cerca del Puente de la Concordia, en Iztapalapa, en la Ciudad de México, cuando ocurrió un terrible accidente.

Una pipa de gas que transportaba casi 50,000 litros de gas licuado de petróleo se accidentó bajo el puente. El accidente causó una fuga del gas que, en segundos, entró en contacto con una chispa y provocó un incendio. Videos de usuarios de redes sociales y cámaras de seguridad de la zona muestran cómo la nube de gas blanco se transformó en peligrosas llamas que se expandieron rápidamente por la avenida y sus alrededores.

Cuando las llamas se acercaron, Alicia no pensó en sí misma: cubrió con su propio cuerpo a la pequeña Azuleth. Un video que circula en redes sociales muestra el momento en el que Alicia, con quemaduras severas en la piel, sin cabello y con la ropa completamente chamuscada, pide ayuda a un policía. La pequeña fue llevada a un hospital cercano y puesta a salvo. Pese a recibir quemaduras de tercer grado, la niña se encuentra reaccionando al tratamiento, dijo su madre a Telediario.

La señora Alicia sufrió quemaduras en el 98% de su cuerpo, contó a Milenio otra de sus hijas. El Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer que, al viernes por la mañana, Alicia Matías Teodoro se encuentra en estado grave y lucha por su vida. “Mi mamá es una gran mujer, aparte de darme la vida, le salvó la vida a mi hija”, dijo a medios la madre de Azuleth.

En el sacrificio de doña Alicia se refleja el corazón de tantas madres y abuelas que son imagen viva de Dios: protectoras, generosas y dispuestas a dar la vida sin esperar recompensa. Su gesto no solo salvó a su nieta, también nos recuerda que el amor verdadero es más fuerte que el miedo y más poderoso que el fuego.

La Iglesia se une en oración por los afectados tras la explosión

La Conferencia del Episcopado Mexicano expresó en un comunicado su profundo dolor y empatía con las víctimas del accidente causado por la explosión de la pipa de gas en el Puente de la Concordia.

Agradeció el esfierzo de los cuerpos de emergencia, las autoriades civiles y los ciudadanos solidarios que, como el policía que ayudó desinteresadamente a la pequeña Azuleth, ayudaron a salvar vidas tras el tráfico incidente.

“Como pastores de la Iglesia de México, elevamos nuestras oraciones al Señor de la Vida por el eterno desanso de quienes han partido a la Casa del Padre, pedimos también la pronta recuperación de los heridos y queremos hacer llegar nuestra palabra de consuelo y esperanza a los hermanos que hoy sufren por la pérdida irreperable de sus seres queridos”, aseguró.