La serie "Adolescencia" de Netflix.
La serie Adolescencia de Netflix me impactó profundamente por su capacidad para reflejar una realidad incómoda que viven muchos jóvenes hoy en día: la violencia juvenil ligada al mundo digital. Aunque Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado de asesinato, es solo un personaje ficticio, su historia lamentablemente se asemeja a casos reales. La vida de Jamie cambia dramáticamente debido a una tragedia que fue gestándose lentamente, sin que nadie notara a tiempo las señales de peligro relacionadas con las redes sociales y la falta de apoyo emocional en su entorno familiar. Jamie crece en una familia trabajadora cuyos padres, preocupados principalmente por mantener el hogar, no logran ofrecerle la atención afectiva y emocional que necesita. Su padre, tratando de protegerlo del fracaso y la vergüenza, ignora sus errores en actividades como el deporte, perdiendo la oportunidad de enseñarle que equivocarse es una parte natural del aprendizaje.
Te recomendamos: Proteger a los niños de la porno
En ausencia de supervisión y compañía familiar, Jamie pasa gran parte de su tiempo libre inmerso en el mundo digital. Allí se convierte en víctima de ciberacoso, lo que deteriora su autoestima y lo hace sentirse inseguro y aislado. Esta constante exposición a mensajes negativos lo hace vulnerable a ideologías peligrosas, como las difundidas por grupos como la «manosfera» o los llamados «incel» (célibes involuntarios). Estos grupos culpan a las mujeres de sus frustraciones sociales y afectivas, fomentando el resentimiento y la misoginia.
En foros digitales que incluso utilizan videojuegos para difundir mensajes violentos y una visión distorsionada de la masculinidad, Jamie adopta creencias extremas como la «regla del 80-20», según la cual solo un pequeño porcentaje de hombres atrae a todas las mujeres, intensificando así su frustración e inferioridad.
La prevención de la violencia juvenil es una tarea que debemos asumir juntos. Padres, educadores, la Iglesia y toda la sociedad necesitamos estar atentos a las señales que nos alertan de que algo no anda bien. Preguntémonos con sinceridad: ¿Nuestros hijos sufren acoso escolar? ¿Pasan demasiado tiempo conectados a internet sin supervisión? ¿Expresan frecuentemente sentimientos de tristeza, rabia o aislamiento? Responder estas preguntas honestamente puede marcar una gran diferencia. La prevención empieza por abrir espacios auténticos de comunicación y brindarles un apoyo emocional oportuno y efectivo. Para lograrlo, proponemos algunas acciones prácticas:
Es urgente actuar ahora para proteger a nuestros jóvenes; no esperemos que ocurra una tragedia para reaccionar. La prevención salva vidas y construye un futuro mejor. Aprovechemos las lecciones que nos deja Adolescencia para evitar que más jóvenes caigan en la espiral de la violencia.
Adolescencia no es solo una serie…
Ante el gran número de pinturas que se hicieron sobre la Santísima Trinidad de manera…
En el emblemático museo Soumaya, se llevó a cabo la primera entrega del premio nacional…
El documental sobre exorcismos “Libera Nos: El triunfo sobre el mal" llega a los cines…
La encíclica Rerum Novarum aborda las bases de la Doctrina Social Cristiana y tiene vigencia…
Ya en sus primeras intervenciones, el Papa León XIV va dando señales de por dónde…
Ya desde el Antiguo Testamento se usó la expresión la “gloria de Dios” como el…
Esta web usa cookies.