Cuando la noche aún es joven, las Voces de la Catedral comienzan a contar los detalles más íntimos de la creación de este recinto, uno de los más representativos de la Ciudad de México.
A la luz de las velas, un grupo de actores guían a los visitantes por sitios que pueden pasar desapercibidos o que no están abiertos al público generalmente, como la sacristía, que muestra la magnificencia de sus lienzos.
Y es que la finalidad de montar una obra sobre la historia del templo, de acuerdo con su creador el padre José de Jesús Aguilar, fue evidenciar lo enigmático e histórico de la Catedral más grande de América, a través de personajes, anécdotas, datos y la fe misma.
El recorrido histórico inicia en la época del virreinato, pasa por el barroco, hasta llegar al neoclasicismo, pero este paseo toma sabor cuando comienzan las anécdotas del recinto: como la historia del Señor del Veneno, que transformó su color al absorber la ponzoña que un religioso había consumido a causa de un conocido que le tenía envidia.
La obra no cuenta con gran equipo de audio e iluminación, pero no los necesita. Los 90 minutos que dura el recorrido histórico y teatral llegan a su máxima expresión en el Altar del Perdón, uno de los escenarios que más se disfrutan, pues ahí se escuchan los acordes de los órganos gemelos: “Del Evangelio” y “De la Epístola”, que entre los ambos suman más de 6,000 flautas metálicas de una aleación de plomo y estaño. En 1967, un incendio fundió parte de ellas y carbonizó la madera; sin embargo, fueron restaurados y siguen siendo uno de los más grandes tesoros de la Catedral y del país.
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