La fachada neogótica de la Iglesia de Eknakán, con su torre esbelta y ventanales ojivales, destaca como una de las construcciones religiosas más singulares de Yucatán. Foto: Especial
En medio de la selva yucateca, donde predominan el calor, la vegetación tropical y la arquitectura tradicional de la península, se alza un templo que rompe con toda expectativa: la Iglesia de Eknakán, una construcción de marcado estilo gótico alemán que sorprende a propios y visitantes. Dedicada a San José de la Montaña, esta iglesia es hoy uno de los referentes más singulares del turismo religioso y cultural en Yucatán.
Ubicada en el municipio de Cuzamá, a unos 50 minutos de la ciudad de Mérida, la iglesia forma parte del conjunto histórico de la Hacienda Eknakán, uno de los antiguos centros de trabajo de henequén más importantes de la región, y sin duda, su presencia da testimonio del encuentro entre la fe, la migración y la historia.
La razón por la que esta iglesia parece salida de un poblado europeo se encuentra en su origen. A finales del siglo XIX, don Ricardo Molina Solís, propietario de la hacienda, decidió trasladar su residencia temporal al lugar. Su esposa, doña María Luisa Hübbe y García Rejón, de ascendencia alemana, aceptó acompañarlo con la condición de que se construyera una iglesia dentro del casco hacendario.
Para ello, los planos fueron encargados a un despacho de ingeniería en Hamburgo, Alemania, ciudad de origen de la familia Hübbe. El resultado fue un templo neogótico, reflejo de la corriente arquitectónica que predominaba en Europa en esa época y que buscaba expresar, a través de la verticalidad y la luz, una elevación espiritual hacia Dios. Así nació la iglesia dedicada a San José de la Montaña, una de las pocas edificaciones de este estilo en todo Yucatán.
La Iglesia de Eknakán se distingue por su torre única, alta y puntiaguda, visible desde distintos puntos del antiguo complejo hacendario. Sus ventanales ojivales, algunos de trazo circular, y sus bóvedas cruzadas son elementos característicos del gótico europeo que contrastan con el entorno tropical que la rodea.
En el interior, el visitante puede apreciar el coro elevado en forma de balcón, sostenido por columnas claras, así como el altar mayor de madera tallada, de líneas sobrias. En la torre se conserva la antigua maquinaria del reloj, hoy en desuso, que da testimonio del ritmo de vida que marcaba la hacienda en su época de esplendor. Aunque actualmente no funciona como parroquia, el templo es considerado un espacio patrimonial y museístico de gran valor histórico.
La iglesia de San José Eknakán luce actualmente en excelente estado gracias a un meticuloso proceso de restauración que se prolongó durante dos años, financiado en su totalidad por los actuales propietarios de la hacienda. Este esfuerzo ha permitido preservar no solo la arquitectura del templo, sino también su valor simbólico como espacio de fe y memoria histórica.
Además de la visita al templo, el complejo ofrece recorridos culturales, áreas naturales y hospedaje, y se encuentra en una zona privilegiada cercana al Anillo de Cenotes, lo que convierte a Eknakán en un destino integral que combina espiritualidad, historia y naturaleza.
Con información de: yucatan.gob.mx y Hacienda Eknakán
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