Alejandra María Sosa Elízaga
Iniciamos octubre, mes que la Iglesia dedica al Santo Rosario, porque celebramos a Nuestra Señora del Rosario el día siete. Encomendemos a Dios nuestra patria, por medio de las manos amorosas de Santa María de Guadalupe.
He aquí una propuesta para rezar el Rosario por México:
Para iniciar nos persignamos y hacemos un acto de contrición. Luego rezamos Credo, Padrenuestro y Avemaría por las intenciones del Papa. Después se anuncia cada Misterio. Y aquí cabe hacer algo especial: Que luego de anunciar cada Misterio, no se empiece de inmediato con el Padrenuestro y las diez Avemarías, sino que se guarde silencio durante un minuto. No se trata aquí de ese ‘minuto de silencio’ por los difuntos, sino de un minuto de silencio en que cada uno pueda traer a la memoria, o si prefiere, releer, la escena del Evangelio a la que se refiere el Misterio, y dejar que el Espíritu Santo lo ilumine y le haga notar algún detalle en particular que le pueda servir para relacionarlo con lo que está viviendo. Por ejemplo, en el primer Misterio gozoso, la Anunciación del Ángel a María, en ese minuto de silencio, quizá el Espíritu Santo mueva a alguien que está triste, a recordar que el Ángel dijo a María que se alegrara porque el Señor estaba con Ella, y encuentre consuelo sabiendo que el Señor le acompaña y consuela en su duelo. Y a otra persona, que quizá está posponiendo hacer algo que Dios le pide, el Espíritu puede hacerle reflexionar que María dijo sí, sin condiciones, y eso le anime a decirle también sí. El minuto de silencio reflexivo abre la puerta para que el Santo Rosario no sea un rezo apresurado y repetitivo, sino una rica meditación, de gran fruto espiritual, del Evangelio contenido en sus Misterios.
Luego de lo reflexionado, podemos dialogar con María, pedir su ayuda, y entonces sí, rezar el Padrenuestro y las Avemarías, teniendo en mente lo reflexionado y orado.
A continuación se presentan algunos ejemplos de lo que se puede rezar en cada Misterio. Puedes utilizarlos o hacer los tuyos propios.
MISTERIOS GOZOSOS
María: Estamos tristes por tantas situaciones dolorosas que vivimos en nuestro país. Ayúdanos a sentir como tú, que Dios está con nosotros, es nuestra alegría y consuelo.
María: Enséñanos a ir, como tú, presurosos, a ayudar a otros. Que como Isabel podamos ver a Jesús en quien viene a nuestro encuentro, y que los demás lo vean en nosotros.
María: que diste a luz a Jesús en una cueva oscura, pídele que nazca en los corazones oscurecidos por el miedo, el dolor, la desesperanza, la ira, el rencor, y los llene de paz.
María: Que las iglesias dañadas o derrumbadas, puedan ser restauradas y seguir siendo lugar de encuentro con Dios y los hermanos, en que seamos fortalecidos y confortados.
María: Que quienes han perdido seres queridos, en los desastres naturales que hemos padecido, no pierdan la esperanza de reencontrarlos un día en el Cielo.
MISTERIOS LUMINOSOS
María: Juan el Bautista dijo que Jesús es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Que sepamos reconocer nuestros pecados y acudir a Él a ser perdonados.
María: A ti que en aquella boda intercediste ante Jesús, te encomendamos a los damnificados, a los más pobres y necesitados, para que las pongas en manos del Señor.
María: Jesús nos trajo Su Reino de amor, paz, perdón, justicia, verdad, ayúdanos a habitarlo y edificarlo en nuestra Patria, con verdadera fe, esperanza y caridad.
María: Jesús concedió a Sus apóstoles ver Su Gloria antes de Su Pasión; pídele que Su gracia nos ilumine y nos sostenga en medio de toda tribulación.
María: Jesús nos dejó Su Presencia Real en la Eucaristía, ayúdanos a abrirnos a ese don. y que sea para nosotros alimento para nuestra vida y nuestra salvación.
MISTERIOS DOLOROSOS
María: Que como Jesús en el Huerto, sepamos en todo momento y dificultad, amoldar nuestra voluntad a la del Padre y quedar en paz.
María: Ruega que quien sufre el flagelo de la injusticia y la violencia, no caiga en odio, desesperación o venganza, sino luche, con valor y mansedumbre, por la justicia y la paz.
María: Que la autoridad no abuse de su poder, no retenga lo destinado a los necesitados, y la ayuda siga llegando para que las gentes y comunidades se puedan recuperar.
María: Ruega por quienes cargan una pesada cruz de dolor, hambre, pobreza, pérdida de seres queridos, casas e iglesias, que Jesús les ayude con su carga y les dé fortaleza.
María: Desde la cruz, Jesús nos dio Su perdón y nos encomendó a ti, nuestra Madre. Ruega para que México se mantenga siempre en tu regazo, bajo tu maternal protección.
MISTERIOS GLORIOSOS
María: Jesús derrotó la muerte con Su Resurrección. Que trabajemos por nuestra patria con la meta y esperanza de alcanzar la patria eterna.
María: Ruega por la conversión de alejados y no creyentes. Que en México sepamos ver a Jesús como Sus apóstoles después de la Ascensión, con mirada de fe y con el corazón.
María: Ruega al Espíritu Santo que derrame en nuestro país todos Sus dones y renueve nuestros corazones para ser testigos siempre fieles de Su amor.
María: A ti que desde el cielo intercedes por nosotros con amor maternal, te encomendamos a México, para que le pidas a tu Hijo que lo libre de todo mal.
María: Esclava del Señor, Reina del Cielo, que los mexicanos sepamos imitar tu humildad, recordemos que Dios es nuestro Señor, y luchemos por alcanzar la santidad.
El 1 de octubre falleció a los 92 años René Alis Puerta, pintor extraordinario, que por 38 años fue mi maestro, consejero, confidente, amado amigo. Su familia y yo agradecemos sus oraciones.
Dale Señor, el eterno descanso, y luzca para él la Luz perpetua.
Que el alma de René y de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.
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