Vladimir Alcántara
Gloria del Perú y del continente americano, Santa Rosa de Lima fue la primera persona nacida en tierras latinoamericanas en ser canonizada. Decretada patrona de América Latina y las Filipinas, fue una laica –y no una monja, como podría sugerir su hábito– perteneciente a la Orden de los Dominicos, quien, además de haber consagrado su vida a Jesús, estaba profundamente comprometida con las causas sociales de su época. Sobre su figura y la fiesta patronal que en su honor se celebrará el próximo 30 de agosto, habla para Desde la fe el P. David Díaz, fraile dominico encargado de la Parroquia Santa Rosa de Lima (Hipódromo Condesa).
El P. David considera que Santa Rosa fue una figura muy completa para la Iglesia, una mujer que, además de haber sido extraordinariamente hermosa, era prudente, sabia y tenía el don del consejo, por lo que acudían muchas personas a verla. “Pero sobre todo –refiere–, era una mujer muy valiente: cuando los piratas llegaron al Puerto del Callao, ella levantó a otras mujeres para defender las iglesias y proteger el Santísimo Sacramento de los altares. ¡Era una mujer sumamente apasionada. Una laica que ha inspirado el quehacer de Iglesia!”
Por tal razón –comenta–, en el marco de su fiesta patronal, los días 27, 28 y 29 de agosto, se llevará a cabo un ciclo de conferencias abierto al público, en el que, a la luz de la Exhortación Apostólica Exultate et Gaudete, “tocaremos el tema de la vida cristiana con proyección laical; como Santa Rosa es laica, nuestra intención es profundizar en la gran responsabilidad del laico comprometido con la vida de la Iglesia y el mundo”.
Explica que, además, para celebrar la fiesta litúrgica de Santa Rosa, se tienen contempladas dos Misas, este 26 de agosto, y la segunda el jueves 30, la cual será presidida por el Obispo de la II Vicaría, Mons. Carlos Briseño.
“Asimismo, habrá diversas actividades –refiere–, como una jornada de reflexión denominada ‘Dominicanismo Itinerante’, en la que se reúne a un grupo de personas, laicas y religiosas, para conversar sobre algún santo o personaje destacado de la Orden. Lo interesante, es que es una actividad con un contenido fresco, surgida por iniciativa de frailes jóvenes, que aún no se han ordenado, pero que tienen un gran deseo de abordar esos temas e involucrar a nuestros laicos en la importante tarea de la predicación”.
El P. David Díaz –quien lleva 21 años como sacerdote y los mismos dedicados a la docencia–, reconoce que frente al laicado de la Parroquia Santa Rosa de Lima se tiene un gran reto: “Nuestra feligresía es muy peculiar: no está integrada sólo por personas de la colonia; viene mucha gente de otras zonas. Pero también hay muchas personas extranjeras y parejas jóvenes, a quienes hay que acercar el Evangelio, pues se ven absorbidas por la enorme cantidad de bares y centros de diversión que se han instalado y dado identidad a esta colonia”.
Finalmente, el P. David Díaz refiere estar muy agradecido con Dios por haberle permitido ser fraile Dominico. “Recibí ya grande el llamado. Primero estudié Administración de Empresas, y desempeñé dos años esa profesión. Luego ingresé a la Orden, y desde entonces he vivido los mejores años de mi vida. No me entiendo si no es desde mi dimensión dominicana”.
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